Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas
Salvador Percastre-Mendizábal 165 Tensión de las nociones de desarrollo: el capitalismo avanzado y la vida colectiva de los pueblos La noción de desarrollo siempre fue una promesa de modelos político-económicos “salvadores de la humanidad”, que ofrecieron esperanza para los más necesitados, los oprimidos o los excluidos en un mundo gobernado por las dinámicas del mercado. En el año 1949, el presidente de los Estados Unidos de América, Harry Truman, lanza lo que sería la más brutal de las condenas al subdesarrollo que se haya recibido del hemisferio norte. El discurso inaugural de aquél 20 de enero fundamentó la segmentación del mundo entre países desarrollados y países subdesarrollados; estos últimos serían vistos como los miserables del mundo a los que se debía llevar ayuda y tecnología (Tortosa, 2011, p. 39). Pero la idea del desarrollo excluyente y exclusivo de Truman se diluye. En los años 80, las teorías del desarrollo entran en crisis ante la globalización económica que impone un mundo único con pensamientos uniformes. La riqueza queda concentrada en pocas manos, mientras la política global queda sujeta a los dueños del capital corporativo. La propuesta de desarrollo ilimitado, planteada hace setenta años, presenta dos problemas centrales: la pauperización social a partir de las desigualdades en el acceso a la riqueza, y el deterioro acelerado del planeta producto de la explotación de sus recursos. Eso sugiere una incompatibilidad entre desarrollo y calidad de vida; porque mientras la riqueza aumenta y se concentra en pocos sujetos, las condiciones de vida empeoran debido al deterioro de la biosfera y la pérdida irreparable de recursos naturales propios para la vida. En esta incompatibilidad anida lo que Tortosa (2001) llama Maldesarrollo , que no es otra cosa, que la depredación de los recursos naturales generada por las fuerzas del desarrollo que genera y empeora la crisis global. El desarrollo, para Max-Neef (1998), se enmarca fuera de las esferas capitalistas del aumento de la producción y se concentra en la conservación de las condiciones de vida de los individuos. Eso supone, que la noción de desarrollo se va a enfocar ahora en los presupuestos que hacen posible la existencia humana en un entorno específico; lo que implica acondicionar los espacios vitales de los individuos en hábitats propios para la vida humana. La propuesta de Max-Neef, se sustenta en dos premisas que son la médula de la teoría: 1) que el desarrollo se concentra en las personas y no se dirige a los objetos y, 2) que los agentes sociales deben ser autodependientes y propositivos en la solución de sus necesidades. De lo anterior, se tiene que la propuesta del desarrollo se enfoca en la atención de las necesidades humanas.
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