Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas

Salvador Percastre-Mendizábal 155 diplomacia internacional, así como otros temas, en una temporalidad pertinente. Contraria a la comunicación del sector privado, la comunicación pública lidia con asuntos de vida o muerte, como lo sería un desastre natural o un ataque terrorista o situaciones que afectan directamente a los ciudadanos tales como los impuestos, elecciones o políticas públicas (p. 597). En este sentido, los sistemas políticos representativos se han regido principalmente por la organización democrática de las colectividades, constituyendo normas, funciones y lineamientos para la adecuada socialización política democrática, todo ello a través de la comunicación. Al establecer figuras de autoridad en distintos territorios sociales, los sistemas logran preservar y difundir la ideología de una comunidad, puesto que estos funcionan como una especie de altavoces ideológicos. Sin embargo, el apostar por una comunicación no responsable puede tergiversar los verdaderos motivos del discurso 22 , ocasionando múltiples inconvenientes perjudiciales para la socialización política democrática, y atenta de manera directa contra la salud de la democracia. Entre estos desaciertos, se pueden encontrar, por ejemplo, los prejuicios formulados ante escenarios sociales inexplorados, el desinterés por el contexto cultural, social, económico y político en el que se suscita el acto comunicativo, así como el desconocimiento de los valores sociales ciudadanos. Por ello, la comunicación no responsable, puede tener consecuencias irremediables para la salud de una organización pública o de una gestión gubernamental. Mientras que un discurso responsable, puede constituir un elemento crucial para impactar positivamente en la percepción de los ciudadanos y puede mejorar la reputación gubernamental (Hernández y Navarro, 2020), abonando a la construcción y consolidación de una socialización política verdaderamente democrática. En el contexto actual tan cambiante en el que nos encontramos, algunos autores recogen la idea de que la Comunicación Responsable debe buscar el diálogo de organizaciones con públicos que se hacen partícipes de los procesos y efectos derivados de las relaciones entre esa persona/organización y la comunidad (Andrés De, S. y González, R, 2012), con un marcado carácter hacia la construcción de una sociedad realmente democrática y mejor para todos. En esta línea, algunos teóricos coinciden en afirmar que solamente cuando la organización alcanza a desarrollar la Comunicación Responsable, se logra una relación de confianza y satisfacción, la cual asegura la sintonía y participación de los públicos, generando una reputación a largo 22 Entendemos por discurso aquél que tiene lugar entre los representantes de las instituciones y los ciu- dadanos. El lenguaje y los medios simbólicos que se emplean para “describir, representar, interpretar y teorizar lo que tomamos por facticidad de la vida institucional” (Ward y Winstanley, 2003, p. 1259). Actos comunicativos en los que sus participantes intentan dar significados específicos a los hechos para persuadir o influir en otros (Liebes y Ribak, 1991; Amaglobeli, 2017).

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