Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas
COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y SOCIEDAD. ESTUDIOS Y REFLEXIONES CONTEMPORÁNEAS 150 igual forma, establecer un diálogo político entre las figuras de autoridad y la ciudadanía unifica la ideología colectiva. Asimismo, el reconocimiento de la ciudadanía, el contexto en el que se desenvuelve y las necesidades presentadas consolidan la identidad, construyen confianza y desarrollan el sentimiento de la representatividad, fundamentos en los que estriban y sobre el que se apoya la gobernanza democrática. Para el desarrollo del presente trabajo, se tienen en cuenta el segundo, tercero y cuarto de los desafíos de Przeworski (2010), sobre la incapacidad de hacer sentir a la sociedad que la participación política es efectiva, asegurar que los gobiernos hagan lo que se supone que deben hacer y no hagan lo que no se les ha mandado hacer y equilibrar orden con no interferencia. Sobre las colectividades políticas, reposan los cimientos de mayor importancia para el desarrollo de la estructura social (Mendieta, 1946). Para lograr la mejor convivencia, se deberá desarrollar una Comunicación Responsable que resalte la necesidad de comunicar la gestión y las acciones de los gobiernos, en función de los valores sociales de la ciudadanía. Sólo cuando la gestión y acciones de los gobiernos, logran conectarse con los valores sociales de los territorios en los que se desarrollan, se alcanza un sentido pleno de socialización política. Por otra parte, Argaez de los Santos, sostiene que ciudadanizar las instituciones tiene que ver con la participación social de la población en dos aspectos claros: “primero, como contralores sociales, como observadores de lo que se hace en la vida pública, como generadores de opinión y, el segundo, con la participación directa de los ciudadanos en la vida pública del Estado” (2006, p. 56). A continuación, se abre un debate apasionante: ¿Cómo es la relación entre democracia, representación, satisfacción y comunicación? Una forma de entender la relación entre democracia, representación y satisfacción El concepto de la satisfacción política ha sido abordado por innumerables especialistas en la materia. Quizá uno de los pioneros en realizar una discusión sistemática y trascendente de la satisfacción y su relación con la representación política (Pitkin, 2014) fue Thomas Hobbes en el siglo XVII, ya que para dicho autor los conceptos de representación política y satisfacción dominaron una parte importante de su producción intelectual, la cual desembocó en la confección de la “teoría de la representación” establecida en el capítulo XVI del Leviatán (Ramírez, 2010). Hobbes, en la citada teoría de la representación, entiende a la representación y satisfacción como “sinónimo de apariencia, imagen, fantasma. Tiene el sentido genérico de aprehensión cognoscitiva de un objeto y, por lo general, subraya la relación de semejanza o correspondencia entre la imagen del objeto y el objeto mismo” (Hobbes, 1990, p. 133).
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