Informe país: estado el medio ambiente y del patrimonio natural

INFORME PAÍS SOBRE EL ESTADO DEL MEDIO AMBIENTE 2019-2022 SEGUNDA PARTE: Estado del medio ambiente y del patrimonio natural 58 desarrollarse debe haber crecimiento. Como lo han señalado varios especialistas, “desarrollo sustentable” en estricto rigor es un oxímoron, ya que el crecimiento es contrario a la sustentabilidad. Para que haya crecimiento y desarrollo, debe haber explotación de los recursos naturales; para que haya crecimiento, se debe intervenir en el ecosistema, generando ganancias por el lado económico y pérdidas desde lo socioambiental, ya que siempre tras la degradación de los recursos naturales, hay personas que se ven afectadas y, además, hay una flora y fauna que también se ve perjudicada e invisibilizada en su derecho de existir por el sistema humano. La minería en sí no es sustentable bajo ningún punto de vista ecológico. Solo el no uso de esos recursos, que son no-renovables, puede conducir a cierta sustentabilidad. Ahora, la minería puede ser eventualmente “verde” (en sentido figurado) por la forma en cómo se llevan a cabo sus procesos, pero siempre habrá una degradación de los recursos naturales bajo la cual el medio ambiente no fue consultado antes. A veces se abusa del término “verde” aunque es necesario ir a fondo para ver la seriedad de la conceptualización, que tiene sus émulos, por eso se está hablando de "Hierro Verde", por ejemplo, slogan de algunas empresas del rubro minero-metalúrgico para sumarse al carro de la sustentabilidad ambiental. Un tema que merece un análisis más matizado al momento de formular una política ambiental-minera, es tener en cuenta cierta tendencia mundial a no resignarse a abandonar las energías fósiles, fundamentalmente carbón y petróleo. Véase por ejemplo la resistencia de grandes países emisores y a la vez menos desarrollados, para alcanzar la meta de carbono neutralidad a tiempo. Es por ello, que en la COP26 (2021), llamó la atención que países como India y China utilizaron cláusulas para evitar la actualización de sus planes de reducción de emisiones en función de las "diferentes circunstancias nacionales" (McGrath, 2021). Los países desarrollados tienen una ventaja comparativa superior a cualquier otro país en vías de desarrollo para poder decidir sobre el futuro de sus economías, debido a que cuentan con recursos para que el sistema no colapse, además de la infraestructura y tecnología para transitar hacia el abandono de las energías fósiles en sus matrices energéticas; en cambio, los países del tercer mundo (subdesarrollados), al no contar con los mismos recursos se ven en la obligación de caminar más lento hacia el mismo cambio energético, pudiendo no cumplir con los mismos plazos ni tampoco el abandono de las fuentes fósiles en sus

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