Informe país: estado el medio ambiente y del patrimonio natural
INFORME PAÍS SOBRE EL ESTADO DEL MEDIO AMBIENTE 2019-2022 RESUMEN PARA TOMADORES DE DECISIÓN 50 La gran hidroeléctrica, por su parte, tiene impactos ambientales mayores, está descartada en muchos países por el momento. Es larga la lista de proyectos que en Chile han sido desechados por estas razones fundamentales, aunque también ha tenido influencia la lucha por los mercados entre los productores y distribuidores de energía. La pequeña hidroeléctrica por sus menores impactos, es una opción de ERC. Entrando a las fuentes de energía fósiles, fundamentalmente petróleo, gas natural y carbón, es en ellas donde se dan los mayores impactos ambientales (contaminación del aire). Además, contribuyen al calentamiento global y el cambio climático. Pues son y han sido materia principal de la política ambiental tradicional para mitigar la contaminación, desde sus inicios. Su disminución contribuye a aminorar la “huella de carbono”, indicador de sustentabilidad ligada al calentamiento glo bal, que se ha transformado en un “trending topic” en el medio empresarial. En relación con la eficiencia energética , se trata de una política pública de larga data, que es compartida por los sectores privados debido a sus implicancias financieras, sobre todo. Tiene por ahora aplicación limitada como estrategia gubernamental: luminarias, algunos equipos electrónicos y transporte. Sin embargo, tiene potencial para ampliarse en la medida que se vaya pasando a fuentes de energía menos degradantes del medio ambiente. Los instrumentos de fomento, la asociación público-privada y los acuerdos de producción limpia (sectoriales, regionales) pueden jugar un rol que debe ser rescatado en la política de sustentabilidad para los sectores productivos. En este marco, las orientaciones de la política energética sustentable podrían ser: buscar formas de introducir mayor presencia de ERNC (solar, eólica, otras); hacer más sustentables las ERC (renovables convencionales): biomasa + hidráulica; reducir el uso de energía fósil (petróleo y derivados + carbón), tanto por sus impactos ambientales como por su contribución al calentamiento global (cambio climático); y, por último, promover la eficiencia energética. Por el momento no se vislumbra espacio para grandes transformaciones en el corto plazo, que requieren de mucho tiempo de maduración y las correspondientes inversiones. Todo esto debe ser coherente con la Agenda Energía 2022-26. El presente Informe País da noticia de la continuidad que ha tenido el desarrollo del tema, con algunos atisbos favorables en materia de ERNC, pero las condicionantes de la crisis mundial ‒sanitaria, financiera y energética‒ hacen que, por una parte, el monitoreo del contexto global sea clave al momento de impulsar políticas; y por otro, no olvidar que tanto la producción como la distribución de energía en Chile están en manos privadas, un sector altamente competitivo en el cual las empresas dedicadas a las ERNC se sienten en situación desfavorable.
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