Informe país: estado el medio ambiente y del patrimonio natural

INFORME PAÍS SOBRE EL ESTADO DEL MEDIO AMBIENTE 2019-2022 SEGUNDA PARTE: Estado del medio ambiente y del patrimonio natural 33 3.4. DEGRADACIÓN DE LOS BOSQUES NATIVOS 3.4.1. Hacia una definición de bosques degradados La degradación de bosques es el segundo mayor responsable global de emisión de gases de efecto invernadero, sólo por debajo de la quema de combustibles fósiles (van der Werf et al. 2009). En Chile, la histórica sobreexplotación silvoagropecuaria ha derivado en que un 49,1% de la superficie del país se encuentre afectada por procesos de degradación de suelos (Flores et al. 2010), generando una tasa de emisión anual de 11,8 Gg CO2eq (UNFCCC 2018). Mientras la deforestación es relativamente simple de determinar e incluso predecir, aún permanece sin resolver el cómo cuantificar el umbral crítico que distingue un bosque degradado de uno no degradado. Es común afirmar que un bosque se encuentra degradado cuando su estructura, composición y funcionalidad ha sobrepasado inequívocamente un determinado umbral (Chazdon 2008, Vásquez- Grandón et al. 2018). Sin embargo, definir cuantitativamente dicho umbral es una tarea compleja (Fajardo et al. 2021). Las implicancias de esto son significativas, considerando no sólo los contextos socioecológicos que se relacionan con la degradación de bosques, sino que también por los compromisos internacionales que ha asumido nuestro país en relación a la restauración de ecosistemas forestales. En este sentido, se han desarrollado análisis exploratorios de umbrales de carga ganadera en bosques siempreverdes considerando la densidad de bostas como indicador, la cual se relaciona con una determinada intensidad ganadera. Ello basado en evidencia científica que ha demostrado que densidades superiores a dichos umbrales implican impactos directos en los ecosistemas forestales como la desaparición de helechos y de la regeneración de especies forestales que requieren de hábitats menos intervenidos para su establecimiento (Zamorano- Elgueta et al. 2014, Zamorano-Elgueta datos sin publicar). En general, los esfuerzos para la restauración de bosques se limitan a la tarea de plantar árboles, comúnmente en áreas deforestadas o dónde existe un nulo o escaso establecimiento de la regeneración natural luego de alteraciones de origen antrópico. Para revertir la degradación de bosques, al ser este un proceso progresivo y de diversa magnitud, requiere de intervenciones que no necesariamente implican la plantación de árboles. Más aún, en un ecosistema con un estado incipiente de degradación bastaría con la erradicación de los factores responsables de dicho proceso para su restauración, por ejemplo mediante el establecimiento de cercos para impedir el acceso del ganado, siendo en

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