Informe país: estado el medio ambiente y del patrimonio natural

INFORME PAÍS SOBRE EL ESTADO DEL MEDIO AMBIENTE 2019-2022 RESUMEN PARA TOMADORES DE DECISIÓN 37 La producción del cobre en Chile se ha acompañado de pasivos ambientales como la existencia de tranques de relaves cuyos residuos fueron descargados al mar durante años, ya sea en forma directa, a través de emisarios submarinos, como en forma indirecta, a través de cursos de aguas naturales (ríos, esteros). Resultando en zonas costeras con presencia de altas concentraciones de metales pesados, tales como cobre, mercurio, cadmio, níquel y zinc, entre otros. Presentando el puerto de Iquique las mayores concentraciones de metales (20 µg/g de cadmio; 370 µg/g de plomo y 514 µg/g de cobre) . Por otro lado, la agricultura es una de las principales contaminantes debido a los fertilizantes, herbicidas, fungicidas e insecticidas que suelen alcanzar el mar desde zonas interiores a través de los ríos. Otra fuente son las descargas domésticas de aguas servidas y residuos industriales líquidos, como consecuencia de la alta actividad industrial y la presencia de los núcleos urbanos más importantes (Santiago, Valparaíso), con alta densidad poblacional. Otra actividad costera compleja son las plantas desalinizadoras, como respuesta a la escasez de agua potable y de agua para usos industriales en el norte de Chile. El funcionamiento de estas plantas se correlaciona con varios impactos en el medio marino como la descarga de salmuera, contaminación de los acuíferos y daño a los ecosistemas acuáticos. La institucionalidad para el uso de la zona costera no ha obedecido una política que permita su regulación permanente e integral, ya que por ahora parece obedecer más a una finalidad sectorial, lo cual ha restringido una necesaria planificación del borde costero, que esté adaptada a los requerimientos ambientales y de conservación de los ecosistemas marinos. Nuestro país ha demostrado contar con una experimentada institucionalidad que ha administrado la zona costera y sus recursos, mediante el otorgamiento de concesiones marítimas, fluviales y lacustres, sin embargo, esta institucionalidad ha demostrado poseer ciertas brechas, que han sido objeto de críticas por parte de investigadores y estudiosos, lo que ha valido la propuesta de una nueva Ley de Costas para Chile. Se ha destacado la inexistencia de normas de calidad secundaria para aguas y sedimentos marinos, lo que hace deficitaria la aplicabilidad del desarrollo sostenible en nuestra normativa ambiental, lo que de contar con ellas permitiría ampliar adecuadamente, la red de Áreas Protegidas y Áreas Marinas Protegidas, y mejorar su gestión. De los resultados obtenidos se pueden desprender recomendaciones como la urgencia de contar con una planificación diligente del desarrollo y de la urbanización costera , que sea sostenible y que vele por la seguridad de las poblaciones humanas y por la viabilidad de los ecosistemas costeros. La necesidad de aplicar medidas que frenen la degradación y que permitan restaurar los

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