Informe país: estado el medio ambiente y del patrimonio natural

INFORME PAÍS SOBRE EL ESTADO DEL MEDIO AMBIENTE 2019-2022 SEGUNDA PARTE: Estado del medio ambiente y del patrimonio natural 35 inundaciones por desborde de cauces de ríos. Desde el siglo XX, se han registrado cerca de 50 eventos de El Niño en esta macrorregión. Los desbordes fluviales y aluviales más relevantes se manifiestan en las cuencas de los ríos San José y Lluta, producto de eventos torrenciales de cierta consideración, tanto en términos de volumen, como sus impactos en las zonas pobladas contiguas a los lechos fluviales. Los eventos de precipitación extrema y aumento de su intensidad en los veranos, y en especial en otoño, son cada vez más recurrentes producto del cambio climático. En la región de Coquimbo, encontramos que los sectores colindantes a los cauces de los tres principales ríos: Elqui, Limarí, Choapa, y a los ríos Los Choros, Conchalí y Quilimarí son zonas de alto peligro de inundación. Un factor que ha permitido atenuar este riesgo, al regular el caudal de los ríos, es la construcción de embalses en las cuencas principales, entre estos: embalse Puclaro en el río Elqui, los embalses La Paloma, Recoleta y Cogotí en la cuenca del río Limarí, y el embalse Culimo en la cuenca del río Quilimarí. Los aluviones son movimientos que durante su desplazamiento tienen un comportamiento semejante al de un fluido; suelen ser rápidos y con una alta capacidad de erosionar, destruir e incorporar a su paso suelo, rocas, árboles, construcciones y objetos (Galilea, 2019). Se definen como un flujo torrencial y rápido de agua con una enorme carga de detritos sólidos, el cual avanza debido al efecto de la gravedad a través de un cauce seco o quebrada principal que ha permanecido varios años sin precipitaciones. Estos flujos pueden ir realimentandose a medida que avanzan por las quebradas con aportes de aguas lluvias y/o por aluviones que provienen de quebradas tributarias. Estos eventos aluvionales destruyen infraestructura pública tales como caminos, puentes, vías férreas y redes de agua potable, impactando a la ciudad y otros asentamientos humanos rurales. Además, contribuyen al embancamiento de las costas, afectando a los puertos y, deteriorando playas del litoral marino por el transporte de material particulado suspendido y sedimentable hacia ese sector costero. Uno de los eventos más impactantes de las últimas décadas fue el de la ciudad de Copiapó en el año 2015, como consecuencia de las intensas precipitaciones, que

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