Informe país: estado el medio ambiente y del patrimonio natural
INFORME PAÍS SOBRE EL ESTADO DEL MEDIO AMBIENTE 2019-2022 SEGUNDA PARTE: Estado del medio ambiente y del patrimonio natural 12 Lluvias desérticas “templadas” y estos maxi-incendios en una extensa geografía, están directamente asociados al cambio climático. En la primera situación, se presentaron precipitaciones intensas y “fuera de estación”, las cuales generaron un fenómeno aluvional durísimo y destructivo en casi 1000 kilómetros del norte chileno. En la otra, las olas de calor extendidas y sin precedentes, humedades bajas y un régimen intenso y variable de viento, generaron una combinación crítica de factores. Estos mega fenómenos son aún más críticos cuando se producen en territorios caracterizados por una pobreza y desigualdad social manifiesta, que implican una alteración fortísima a poblaciones que deben ser desplazadas urgentemente y, posteriormente, ser asistidas social y económicamente. De hecho, hablamos en estos casos de desastres socionaturales para dar cuenta que no solo se trata de una combinación de factores climáticos y naturales, sino que también hay factores sociales inherentes a los asentamientos humanos que influyen en la magnitud de estos fenómenos. Siendo muy significativas estas catástrofes, Chile asiste en la última década a fenómenos recurrentes de la naturaleza como las descritas, que consolidan un crítico riesgo aluvional y de incendios de enorme envergadura en la amplia y diversa geografía nacional. El litoral costero enfrenta marejadas y otras manifestaciones críticas periódicas, en un número que es “tres veces” lo que teníamos hasta hace pocos años. Efectos tremendos como la reducción de las playas, invasión oceánica permanente en las ciudades costeras, drásticas alteraciones de las riquezas marítimas, modalidades de extracción cada vez más complejas, y el aumento grave de la acidificación oceánica, hacen que esta amenaza se acentúe cada vez más. En los hechos, Chile participa del grupo de Naciones Isleñas y Costeras convocado por Naciones Unidas, que le asigna al “riesgo oceánico” un rol preponderante en graves fenómenos críticos futuros. Es probable que, a mediano plazo, esta sea la amenaza más dura que deba enfrentar Chile, puesto que el océano expande sus fronteras costeras y desde la Antártica chilena se desprenden hielos gigantescos, agregando riesgos a las costas y aumentando críticamente el volumen oceánico. Además, se han constatado trombas marinas y otros fenómenos inhabituales en las costas chilenas y, ciertamente, se han comenzado a percibir disminuciones y alteraciones importantes de las especies costeras habituales. Es destacable la
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