Cambio climático y desastres naturales: el caso del Área Metropolitana de Santiago

9 desplazade de norte a sur) expresando en el AMS problemas en extremo severos e inéditos. La cuestión del agua, la disminución compleja de nuestra biodiversidad metropolitana y la fragilidad ambiental acumulada, presentan un cuadro muy complejo, simi- lar al de otras metrópolis latinoamericanas. Lo anterior, se potencia en sus acentuadas dificultades, con la es- tructural desigualdad social y territorial propia del AMS, la que se ha acentuado peligrosamente con ocasión de la Pandemia por el SARS Cov-2. Estas “varias ciudades” en el AMS, con situaciones problemáticas muy diversas y abordajes diferenciados de gestión en los desastres. En los hechos, hemos definido como “desastres socio naturales” a los eventos críticos emergentes dando cuenta más ca- balmente del modo en que la estructura social y su expresión territo- rial diferenciada contribuyen y caracterizan los desastres naturales. La propia experiencia mundial y Latinoamérica nos muestra que nuestras metrópolis presentan riesgos adicionales de alta com- plejidad en la temática. Fenómenos de inundaciones, incendios, contaminación ambiental, crisis de abastecimiento de agua y complejidad creciente y caótica de sus sistemas de trasporte, pue- den adquirir “dimensiones desastrosas” en el devenir de nuestro creciente riesgo climático. Las propias estructuras sociales y terri- toriales diversas amplifican el riesgo ambiental. En el caso de la AMS agregamos un factor delicado de goberna- bilidad. Aún con la gran expectativa que ha generado la elección democrática de un Gobernador Regional, dicha figura está llena de limitaciones no mejores para el gobierno eficaz del AMS. El li- derazgo potente del Gobernador Orrego debe enfrentar múltiples limitaciones constitucionales, legales y reglamentarias. Sobre todo, debe luchar contra un centralismo institucional cultural, expresa- do en la atrabiliaria figura de un “delegado presidencial”. Por de pronto, la “cuestión de las emergencias” ubicada en la esfera del gobierno interior está quedando en el ámbito propio de dicho De- legado. De modo que a diferencia de lo que ocurre con el gobierno de la Ciudad deMéxico o la AlcaldíaMayor de Bogotá, no hay una instancia precisa de gobierno metropolitano a cabalidad.

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