Cambio climático y desastres naturales: el caso del Área Metropolitana de Santiago
37 tenido resultados francamente menores, esencialmente declara- torios, no acompañados de acciones y proyectos convocantes y desprovistos de concreciones especificas. En ocasiones, la convo- catoria en algunos países, ha alcanzado cifras interesantes, au- mentado la receptividad de los privados al habitualmente duro análisis de la comunidad científica, e inicios de acciones repara- torias o de nuevos esquemas de desarrollo alternativos al actual. Es evidente que el modelo de desarrollo extractivista, alto con- sumidor de energías fósiles, de altos costos económicos-finan- cieros para la comunidades, y fuertemente arraigado en el planeta, ofrece pocas respectivas para el cambio, la innovación sustentable y justicia ambiental 6 . Aunque las realidades nos gol- 6 Un-Habitat III. (2016). Informe regional de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III) para América Latina y el Caribe: Ciudades sostenibles con igualdad. Quito, Ecuador: Naciones Unidas. Las insuficiencias de los planes y estrategias nacionales y con- tinentales de acción ambiental frente al clima son evidentes. Incluso, es más, respecto de acuerdos adoptados en el compro- miso de Paris, el cumplimiento y la propia palabra de los países concurrentes dista de ser cumplida 3 . Extensas documentacio- nes y reuniones periódicas bastante estériles en sus resultados precisos, han acompañado a las naciones en sus obligaciones ambientales. Todo parece mostrar que, como estamos, vamos irremediablemente a un agravamiento aun mayor de la proble- mática ambiental que las variaciones climáticas han ahondado. Es una disonancia sumamente grave. Se espereraría que el forta- lecimiento institucional donde la organización sea un pilar clave para la autogestión de recursos de usos comunes -pensando en un territorio en específico- donde los intervinientes (público-privado y civil) adopten estrategias que permitan incrementar el bienestar común o mitigar los daños o externalidades no deseadas 4 . En simples palabras, la hipótesis sería no caer en una “Tragedia de los comunes” explicado por Elinor Ostrom, y re-pensar nuestras formas de producción extractivista a gran escala para disminuir la sociedad del riesgo 5 o amenazas de autodestrucción, según Ul- rich Beck (1986). La convocatoria a la acción del sector privado en los países, y sobre todo, a concordar agendas asociadas público-privadas, han Report Latin America and the Caribbean Sustainable Cities with Equality (págs. 48-61). United Nations. doi:ISBN: 978-92-1-132759-5 3 Véase Hurtubia, Jaime. ¿Se debilitará el Acuerdo de París en la COP25?. El mostrador, Opinión. 21.06.2019. 4 Ostrom, E. (1990). En El Gobierno de los Bienes Comunes La evolución de las instituciones de acción colectiva (págs. 65-338). México, D.F. Fondo de Cultura Económica. ISBN: 968-16-6343-8 5 Beck, U. (1986). En La sociedad del riesgo Hacia una nueva normalidad (págs. 11-89). Barcelona: Paidós Ibérica, S.A. ISBN: 84-493-0406-7 Fuente: Terram
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