Cambio climático y desastres naturales: el caso del Área Metropolitana de Santiago
220 Propuesta Estratégica sobre Prevención y Acción frente a Desastres Climáticos en la RM largo aliento de arborización y recuperación vegetal en las inmediaciones de dichas quebradas. Las inundaciones en gran escala y las acciones de control En el Gran Santiago, las inundaciones en gran escala, se han constituido en uno de los riesgos ambientales que ha acentuado el cambio climático, como producto también de las crecientes dificultades de un ecosistema intervenido que hace que el agua lluvia fluya sin mayores capacidades de absorción vegetal. Nu- merosas son las zonas en donde el riesgo de inundación es signi- ficativo y creciente, constatándose la diferencia que existe con el “centro histórico” de la Metrópolis que tienen redes y una estruc- tura urbana con mejores capacidades efectivas. Estas inundaciones afectan el funcionamiento general de una Metrópolis ya con dificultades en su operación “normal”, acen- túan muchos problemas, afectan severamente la movilidad de la población y generan efectos graves sobre las actividades produc- tivas de bienes y servicios en la capital. Estas situaciones se pro- ducen también en las zonas rurales, especialmente en las zonas aledañas a ríos, esteros y otros cursos de aguas, y suelen afectar fuertemente la actividad agropecuaria normal. Al efecto, es importante precisar acciones y programas de acción como los siguientes: a) Introducir como norma perentoria en la Reglamentación de Urbanismo y Construcciones, especificaciones técnicas rela- tivas a la autorización de construcciones de obras en zonas de inundación, con la consiguiente capacidad fiscalizadora municipal - sectorial y trabajar con la Cámara Chilena de la Construcción al efecto Gran Santiago, a objeto de llevar a cabo los proyectos vitales en un plazo no mayor al 2030. La ciudad de Antofagasta, a través de un convenio de programación de su Gobierno Regional y el MOP han efectuado un trabajo de enorme re- levancia y en alrededor de una década han generado una situación de “seguridad de sus quebradas” en torno al 80%. Eso es posible en la RM y se dispone de una información y análisis pre-inversionales avanzadas b) Mejorar los “sistemas de alarma” en las poblaciones afec- tadas, lo que es posible sistematizando la práctica de los fe- nómenos acaecidos, y en donde los municipios y las propias organizaciones vecinales desempeñan un rol clave c) Establecer en las avenidas y calles principales desde la precordi- llera a las zonas más planas de la ciudad, tengan una estructura adaptativa para el deslizamiento dirigido de las riadas eventua- les. Estas vías de evacuación con la infraestructura vial adapta- da, los parques inundables y los humedales activos, son todos instrumentos de un sistema de defensa aluvional relevante d) Ajustar severamente las normas urbanísticas y de construc- ción habitacional y de servicios en las zonas de riesgo com- probadas. Es verdaderamente dramático que, ocurridas estas desgracias, al poco tiempo comienzan a aflorar nuevas ocu- paciones ilegales de gran cuantía. Por ello es fundamental que las zonas históricamente afectadas sean rápidamente parques y áreas verdes diseñadas y gestionadas con corresponsabili- dad entre el Gobierno regional y los municipios respectivos y, e) Efectuar limpiezas periódicas en las zonas de quebradas, que sean permanentes, debido a que la amenaza aluvional “dejo de ser de temporada” y generar inversiones en proyectos de
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=