Cambio climático y desastres naturales: el caso del Área Metropolitana de Santiago

217 Ciertamente existe una correlación evidente entre este diagnós- tico crítico y la diferenciación y segregación de la población en Santiago. También ello se correlacionará con las actividades eco- nómicas informales y con “economías de pobreza y auto subsis- tencia” que son factores coadyuvantes de la precariedad ambien- tal estructural. Todo lo anterior, contribuye poderosamente a acentuar el riesgo y las amenazas climáticas de una región que persiste en incre- mentar la emisión de los GEI, que difícilmente controla la con- taminación atmosférica, que genera congestiones permanentes por el uso indiscriminado del automóvil particular y del trans- porte contaminante que muy dificultosamente disciplina “a su población”, aun reconociéndose este déficit ambiental tan seve- ro. Por ello, la actual estrategia debe priorizar la” Acción Verde” decidida, eficiente, pormenorizada y eficaz en el Santiago urba- no y en el rural, buscando transformaciones fundamentales de sus modos productivos. Entre otras, apuntamos a políticas como las siguientes: a) El urgente repoblamiento forestal con especies nativas que im- plique un incremento cualitativo al efecto, con no menos de 100.000 hectáreas anuales en la Gran Ciudad y en sus entor- nos rurales. Existe un esfuerzo de proveer las plantas a través de un sistema integrado de viveros púbicos y privados, la difi- cultad de plantar sistemática y adecuadamente y, sobre todo, de cuidar y proteger su crecimiento. Esto debe adoptar la for- ma de una campaña permanente y con miras hacia el futuro que comprometa a organizaciones territoriales, municipios y a las entidades púbicas y contar con un concurso privado de gran dimensión. En cada comuna de Santiago debemos tener una “imagen objetivo Verde” con arborización registrada. AMS, sino que también en varios países de Latinoamérica donde el índice de Equidad Territorial a la inclusión económica de la juventud se ve mermada por los altos niveles de desigualdad te- rritorial, sea esto en educación, salud, entorno y habitabilidad 235 . Este fenómeno fuerte en los ecosistemas rurales del entorno del AMS, se expresa también bajo diversas modalidades en el Gran Santiago. Allí observamos una diferenciación cada vez más nota- ble entre las zonas más verdes del sector Oriente de la Capital, y otros territorios en el Sur, Norte y Poniente, donde predominan casi incontrastablemente las “zonas cafés”, los sitios eriazos, la disminución alarmante de áreas verdes y un modo de vida pre- dominantemente “desértico”. En esto, es lamentable que como caso de mero análisis en la RM cerca de 1.200 hectáreas estatales estarían siendo subutilizadas por condiciones eriazas o abandonas por organismos fiscales en la Región Metropolitana y, cerca de 400 hectáreas identificadas en el Gran Valparaíso en las mismas condiciones, produciéndose un catastro de 700.000 personas que necesitan una casa propia y, duplicando la cifra a 1.500.000 personas que poseen un dé- ficit cualitativo significativo en sus hogares 236 , toda vez, que la pandemia, la vulneración de los ecosistemas y el entorno, como también, el desarrollo inmobiliario altamente incisivo al esperar que la plusvalía suba en estos terrenos genera una idea de “es- peculación de suelos” para su venta, afectando directamente la calidad de vida de las personas, en su condición de hacinamiento, sanidad y su ambiente. 235 RIMISP. (2020). Capítulo 4. Las brechas territoriales y la inclusión de los jóvenes. En Pobreza y Desigualdad Informe Latinoamericano 2019 Juventud rural y territorio (págs. 117-152). Santiago de Chile: Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural. 236 Reportajes T13. Vivienda Digna: dilema de los suelos fiscales. 07.07.2021.

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