Cambio climático y desastres naturales: el caso del Área Metropolitana de Santiago

212 Propuesta Estratégica sobre Prevención y Acción frente a Desastres Climáticos en la RM tucional. Este nuevo “contrato social” a ser construido, está a la vuelta de la esquina, aún “enrarecido” por las secuelas críticas de la pandemia y la Pos pandemia. Esta “simultaneidad problemá- tica” podría calificarse, ciertamente con probabilidad discutible, como una “oportunidad histórica”. Es por esas consideraciones “no menores” que se proponen ac- ciones Estratégicas Metropolitanas con sentido innovador, con impronta progresista, asumiendo conductas de cambio perma- nente y buscando superar problemas endémicos de muy difícil solución. Se abre una oportunidad para avanzar en la Lucha contra la desigualdad, la configuración de barrios efectivamente integrados, de servicios de calidad creciente para toda la pobla- ción y con articulaciones sociales y políticas de largo aliento. La convicción que hay tras estas afirmaciones abiertas a una Nueva Política Ambiental y Urbana para asumir nuestra vulnerabilidad climática y nuestra capacidad de prevenir y enfrentar desastres socio naturales, requieren “ajustes severos” a nuestro modelo de desarrollo de las últimas décadas. Sin cambios cualitativos a esos estilos extractivista, consumistas, desiguales e individualistas, no parece haber expectativa alguna para el desarrollo de nuevas ca- pacidades metropolitanas. El camino es arduo y difícil, requerirá ajustar mucho diagnós- tico, pormenorizar la acción especifica en cada uno de los te- rritorios, abrirse a formas de cooperación institucional genuinas con Gobiernos Locales asociados, diseñar programas y proyectos con compromisos inéditos con actores privados habitualmente renuentes a la innovación y a la incertidumbre, y un esfuerzo profesional y técnico de muy alto volumen y densidad. Solo si avanzamos en esa incierta, pero precisa dirección, el cam- bio hacia una nueva economía y sociedad, podemos esperar un epopeya en todas sus dimensiones, y podrá favorecer renovados esquemas ambientales y sociedades que se preocupen de los “mí- nimos civilizatorios” para la totalidad de sus poblaciones. Este optimismo “conceptual y político” contrastará también con las difíciles circunstancias en que habrá de desenvolverse el esfuerzo reconstructivo ya señalado. Por de pronto, en el caso chileno, la nueva prioridad de la protección social, el apoyo a la sobrevivencia de muchísimas actividades productivas de diversa escala, las acciones indispensables favorecedoras del empleo y, sobre todo, del muy damnificado empleo femenino, son algu- nas de las “titánicas empresas” que debe ser emprendidas sin dilación. Estas tareas nacionales reconstructivas se han de desarrollar en un marco restrictivo de recursos públicos y, también, con una capacidad de endeudamiento disminuida por los actuales usos indispensables de los Fondos de Reserva para el enfrentamien- to de la actual macro crisis en desarrollo. Ello llevara, inevita- blemente, a un conjunto de acciones de nueva Política Fiscal de alta rigurosidad, a priorizar acciones y programas públicos con reasignaciones poderosas de prioridades, y a buscar aliarse con un sector privado abierto a esta dirección de innovaciones y a asumir responsabilidades significativas en el campo de la infraes- tructura y el desarrollo productivo. Como se puede apreciar, to- das tareas inéditas de alto costo, Compromisos y sentido nacional con unidad de propósitos efectivos. En nuestro Chile y en la Región Metropolitana en particular, las circunstancias propiamente socio políticas que enmarcan estos desafíos inéditos y de enorme complejidad, son los de una esta- llido social de octubre 2019 de enorme envergadura y significa- ción, que condujo a un nuevo horizonte y cronograma consti-

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