Cambio climático y desastres naturales: el caso del Área Metropolitana de Santiago

149 litana clara, y una multiplicidad de actores, la institucionalidad planificadora estatal ha intentado regular la gestión de riesgos en la construcción de la ciudad y su expansión urbana. Es así, como los distintos instrumentos de planificación territorial han estable- cido algunas condicionantes para el desarrollo territorial, las que veremos resumidamente en páginas siguientes. Este crecimiento del Gran Santiago hacia los sectores rurales circundantes y terrenos de mayor altura (sobre la cota 1.000), fue realizado fundamentalmente por los sectores de mayores re- cursos, en busca de una mejor calidad de vida y de condiciones ambientales, y como una forma de diferenciación y auto margi- nación y aislamiento del resto de la ciudad, dando un carácter de exclusividad a estos nuevos asentamientos humanos. Estas decisiones, en la mayoría de los casos implicaron una expansión de la ciudad hacia áreas de mayor riesgo; lo que fue permitido, e incluso facilitado por los instrumentos de planificación territorial vigentes. Como señala Ferrando (2008): “La ciudad ha cuadrupli- cado su superficie en los últimos 50 años y se acerca al límite de su capa- cidad de carga, presionado por la ocupación de áreas morfodinámicamente El Gran Santiago, a lo largo de su historia, ha estado expuesto a una serie de eventos “naturales” que han impactado con distinto nivel de severidad y daño a sus habitantes: terremotos, inundaciones, anega- mientos, aluviones por remoción enmasa, sumados a altos niveles de contaminación atmosférica, durante largos períodos del año. Las principales amenazas son las de origen hidrometeorológico, con lluvias intensas en cortos periodos de tiempo, que generan anegamientos, afectando a muchas familias, particularmente a las de menores recursos, y alteran el funcionamiento y gestión de la ciudad, producen importantes daños en la infraestructura pública de transporte, y – en casos extremos – provocan fenómenos aluvio- nales de trágicas consecuencias. Fenómenos que, fruto del cambio climático, son cada vez más recurrentes, a los que cabe agregar los incendios forestales que, año a año, vemos en las zonas rurales, ale- dañas a la ciudad, y que por su magnitud también producen alte- raciones en esta. Para enfrentar esta ya periódica realidad, con una compleja ad- ministración de la ciudad, por no existir una autoridad metropo- Unametrópoli en riesgo permanente

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=