Cambio climático y desastres naturales: el caso del Área Metropolitana de Santiago

131 torsiones ya que no toda la superficie dentro del límite urbano se encuentra consolidada habitacionalmente, o que parte del terri- torio urbanizado queda fuera del límite urbano, como en el caso de las parcelas de agrado urbanizadas en sitios de a lo menos 5.000 metros cuadrados 145 . Efectivamente, si comparamos las densidades de población usan- do la superficie total y residencial, podemos apreciar que, en 2002, para la totalidad del Área Metropolitana de Santiago, la densidad de la superficie residencial es 6,4 veces superior a la calculada con la superficie comunal, llegando a casos extremos con diferencias de 64 y 20 veces en Lo Barnechea y Pudahuel, que presentaban importantes extensiones no edificadas dentro de su límite comunal (Tabla 8). En consecuencia, tal como ya se se- ñalara, una definición más precisa de la superficie de la “mancha urbana” es considerando al interior de cada comuna la superficie residencial (edificada). Las comunas de mayor cantidad de habi- tantes por kilómetro cuadrado (2002) son: Lo Prado; Lo Espejo; 145 Galetovic, Alexander y Poduje, Iván (2006). Op. Cit. Se ha escrito muchos documentos sobre la expansión urbana del Área Metropolitana de Santiago, la que es evidente al observar cómo ha crecido desde principios del siglo pasado hasta la ac- tualidad. En donde no pareciera haber un pleno consenso es en cuanto a su dimensión, y al revisar los distintos estudios se obser- van diferencias significativas, dependiendo de la definición adop- tada. Una primera aproximación es la superficie comunal; otras adoptan el límite urbano, y quizás las más acertadas se basan en la superficie residencial de las áreas urbanas. Esta diferencia de medición de la “mancha urbana” entrega – en consecuencia – valores diversos de densidad poblacional, definida esta como el número de habitantes por unidad de su- perficie, medida en hectáreas (Hás) o en kilómetros cuadrados (Km 2 ). Si la medición es sobre la superficie quizás no reflejemos el verdadero sentido, ya que no toda la superficie comunal se encuentra habitada, y hay grandes espacios destinados a áreas verdes, equipamiento y mobiliario urbano, entre otros; asimis- mo, si se considera la superficie dentro del límite urbano para la determinación de la densidad poblacional, habría algunas dis- La “mancha urbana”

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