Cambio climático y desastres naturales: el caso del Área Metropolitana de Santiago
105 de un peligro emergente. Aunque la reducción de los riesgos de desastres socio-naturales estará en las transformaciones producti- vas señaladas y los compromisos de proyección y fortalecimiento de nuestros ecosistemas naturales locales y nuestros asentamien- tos humanos, necesitamos preparar a la población para convivir con el riesgo climático y la resiliencia. Es altamente probable que el COVID-19 nos deje lecciones en ese sentido. Ese es el problema que enfrentaremos nuevamente una vez que se logre vacunar a toda la población mundial. Se supone que el aparente triunfalismo de la ciencia sobre la naturaleza hará que se continúe por la senda del consumismo, de la sobre explotación de recursos naturales, de la generación de residuos, aceptando y propulsando esta modalidad de desarrollo con las consecuencias que conlleva. Seguirá el mundo con millones de hambrientos y marginados, con poblaciones hacinadas, tugurizadas, sin servi- cios básicos en las grandes urbes. Se seguirá produciendo energía de origen fósil, se seguirá destruyendo los bosques para expan- dir la ganadería, y para explotar la madera; habrá menos suelos, más desertificación, menos recursos del mar, más uso de energía. Los mares seguirán llenos de plásticos y su biomasa continuará siendo sobre explotada. Seguirá recalentándose la Tierra en un proceso que se acercará a un estado irreversible 120 . Debemos generar una disciplina climática y ambiental, inducir conductas favorables, penalizar socialmente las transgresiones, valorar nuevos proyectos de infraestructura (más intervenciones en quebradas, más inversión en los bordes costeros, más “nueva” 120 Gligo V., N. (2020). En Notas sobre Pandemias: El peligro de no aprender (págs. 1-2). Santiago de Chile: Centro de Análisis de Políticas Públicas. INAP- Universi- dad de Chile. La discusión en la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización del Senado, orientó a la creación del Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres, cuya orien- tación principal se centra en la innovación en las fases de pre- vención, mitigación y preparación de la emergencia. Aterriza la Gestión del Riesgo de Desastres del Marco de Sendai 2015-2030. Se refuerza los comités como organismos técnicos, otorgan ma- yores responsabilidades a las FFAA para su logística y operación estratégica, toma las características propias de cada realidad lo- cal mediante los planes reguladores creando mapas de amenaza local, se refuerza el Sistema de Alerta Temprana entre otros ele- mentos vitales para gestionar de forma eficiente y en los tiempos límites a cada desastre 118 . Para estos efectos, la ONEMI en coordinación con la Plataforma Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres ha diseñado la Política Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, Plan Estratégico Nacional 2020-2030 estableciendo prioridades esenciales para cumplir con los compromisos internacionales por el Estado de Chile y la necesidad de establecer un marco rector que fortalezca la Gestión del Riesgo de Desastres a nivel nacional al año 2030 119 . A su vez, la agenda ambiental climática implica trabajar siste- máticamente el riesgo y las amenazas. Ello debe llevar a con- feccionar en regiones y ciudades de Chile los mapas de riesgo y amenazas históricos y también aquellas que adquiere el sentido 118 Véase Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización del Se- nado. 10.06.2020. MATERIA: 1.- (Bol. N° 7550-06) Continuar el estudio del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece el Sistema Nacional de Emergencia y Protección Civil y crea la Agencia Nacional de Protección Civil, con urgencia “suma”. 119 Véase el PNRRD en el repositorio digital de la ONEMI: http://reposi- toriodigitalonemi.cl/web/bitstream/handle/123456789/4110/PoliticaNacional_2020. pdf?sequence=1&isAllowed=y
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