Metodologías críticas: experiencias y debates en el campo de las ciencias sociales y la salud

m. flores y b. montiel 90 Al observar las políticas públicas en salud podemos cons- tatar que la participación aparece como un concepto que suele ser empleado para justificar la toma de decisiones, el destino de los presupuestos y su traducción en intervenciones sociales. Es relevante señalar que, a pesar de involucrar a una diversidad de actores sociales en su ejecución, no implica necesariamente que todos estos actores estén al tanto de la problemática a intervenir (Watkins, 2017). Es a partir de esto último que abundan las formas de participación simbólica, más como justificación para la toma de decisiones que como un proceso continuo colabo- rativo que logre alterar o modificar las prácticas normalizadas en salud a través de una participación activa de la comunidad. En dicha empresa se trabajaría colaborativamente con la comu- nidad para generar con ello procesos con pertinencia local. Volver a la base de la participación con la IAP Para que la experiencia en salud adquiera un carácter realmente participativo debemos lograr abrir el diálogo, alcanzar el debate dentro de un colectivo formado por las y los sujetos libres y capaces de guiar los caminos de su desarrollo, provocando una reconfiguración relacional entre saberes locales y científicos, pero ¿cómo conseguir esto en salud? El proceso de construcción participativa conocido como IAP ha tomado una fuerza considerable en las ciencias de la salud donde cada día se promueven intervenciones de esta índole con mayor interés. La IAP cambia la relación sujeto-objeto en las formas de investigar (García, Ibáñez & Alvira, 1986), des- plazando la relación de poder que existe sobre el proceso de producción y uso del conocimiento y diferenciándose enor- memente de los enfoques tradicionales jerárquicos y verticales de investigación política y en salud. En la IAP los movimientos sociales se involucran directamente, conduciendo la acción a partir del aprendizaje que se desarrolla en conjunto con las y los investigadores o facilitadores en salud u otras áreas. De modo concreto –y realizando un ejercicio crítico del uso y significado de las metodologías participativas utilizadas en

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