Metodologías críticas: experiencias y debates en el campo de las ciencias sociales y la salud

23 introducción. LICSS y las metodologías críticas partir de los debates en torno al tema en el campo de las cien- cias sociales en América Latina. Junto a la centralidad que ha tenido la influencia del pensamiento de Orlando Fals Borda a través de la apuesta teórico-política de la IAP, consideramos que la perspectiva decolonial es fundamental a la hora de nutrir teó- ricamente el quehacer práctico de las metodologías críticas. La perspectiva decolonial nos permite situarnos en un lugar parti- cular desde el cual hablar y cuestionar la herencia colonial del pensamiento científico hegemónico y eurocéntrico (Palumbo & Vacca, 2020). El diálogo de saberes que buscan las metodologías críticas solo es posible en la medida en que se avance hacia una descolonización del conocimiento que resignifique la impor- tancia de los saberes subalternos. En segundo lugar, consideramos que la perspectiva femi- nista se torna fundamental para reflexionar sobre la producción de conocimiento situado. El ejercicio crítico implica poner en cuestión las relaciones naturalizadas de poder. La opresión sexo/ género del patriarcado permite reflexionar, además, sobre otros ejes de opresión que intersectan los cuerpos. Las jerarquías de poder no son en ningún caso estáticas, se entrecruzan y comple- mentan, por lo cual deben estar en constante evaluación y cues- tionamiento. En ese sentido, para la praxis de las metodologías críticas, la perspectiva feminista permite, por un lado, reconocer el valor epistémico del sujeto político enmarcado en las opre- siones de género (así como otros ejes de opresión) y, por el otro, dotar los espacios metodológicos de la IAP de un enfoque polí- tico que pretenda la transformación de las relaciones y estruc- turas asimétricas marcadas por el género y otras opresiones en todos los ámbitos de la vida (Sánchez, 2020). Como anticipamos más arriba, uno de los mayores desafíos para las metodologías críticas es lograr efectos prácticos y con- cretos en las comunidades donde estas se desarrollan. La difi- cultad de establecer dinámicas participativas profundas puede tener múltiples causas, como los contextos sociopolíticos en los que se desarrollan, la ajustada finitud de los proyectos de inves- tigación y métodos que suelen financiar las agencias, incluyendo

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