Metodologías críticas: experiencias y debates en el campo de las ciencias sociales y la salud

t. rodríguez-villasante 154 que somos los más listos o más listas, para tener una cátedra o para resolver problemas de la gente? Para resolver problemas que están siendo demandados por la humanidad. ¿Las vacunas para hacer negocio o las vacunas para resolver problemas de la India, de Chile, de Angola o de donde sea? Estas son preguntas muy importantes que definen si se trata de ciencia crítica, metodología crítica o si es una tomadura de pelo cuando se dice: «No, nosotros somos objetivos y neutrales». Nadie es tan objetivo y neutral que no se haga estas preguntas. Más todavía, el que no se haga estas preguntas es todavía menos objetivo y menos neutral. Porque si yo tampoco soy objetivo, tampoco soy neutral, pero por lo menos me hago estas pre- guntas, sé lo que me falta. Y si la gente me dice: «Tenga cuidado con esto, nuestro objetivo va por aquí, tenga en cuenta lo que dicen las mujeres, tenga en cuenta lo que dicen los niños, tenga en cuenta la gente a la que no le llega la vacuna», que me diga esas cosas; como yo sé que no soy neutral u objetivo, puedo pre- venir algunos fallos en la investigación y en la ciencia. Pero si no soy consciente, no los puedo prevenir. Prevenir los fallos signi- fica saber que uno tiene sesgos, que uno tiene elementos que no son enteramente neutrales ni objetivos. Y en esto, la ciencia del siglo XX y XXI está avanzando. Dispositivos metodológicos: competiciones versus colaboraciones Los culpables de esas competiciones ni siquiera son solamente los poderes establecidos. Somos nosotros, las y los profesionales, las y los técnicos, quienes muchas veces desde nuestra carrera universitaria, desde nuestra profesión, inducimos al error, a la competencia y no a la colaboración, aun sin saberlo. Tengo algunos ejemplos. Para resolver un problema, la política y las asociaciones nos tienen acostumbrados a elegir representantes: el o la presidenta, el o la tesorera, para la vicepresidencia, de vocal, concejal, etc. Y descargamos en ellos los poderes que soberanamente tenemos los sectores populares, cosa que en democracia está muy bien.

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