Metodologías críticas: experiencias y debates en el campo de las ciencias sociales y la salud

manuel canales 12 cómo lo que sea aquella realidad conviene o no, y de cuáles modos, a sus intereses propios. Así mira el poder, siempre, cual- quiera sea: empoderado. Y eso es el empoderamiento. Por eso es también tan arriesgado: todo lo que puede, puede también destruirlo, y más. Así como ha de recelar de la pasividad obli- gada de las clases populares, también ha de recelarse de la pura afirmación de la voluntad de poder. Digo, por lo visto y sabido. No es el caso detenerse en la discusión de esa riqueza extraordinaria que se ha ido juntando en décadas de práctica de esta escuela. Este libro es muestra de esa misma riqueza viviente que no cesa, como el rayo de Miguel Hernández. El momento de la planificación es aún mejor indicio de este mismo llegar a la posición de observación de los poderosos: el plan es no más ni menos que una proyección de los intereses propios del planificador sobre sus circunstancias, de modo de “intervenirlas”. Reordenarlas al modo en que estos se vean bene- ficiados y resulte así en un trayecto que el plan describe. Sabido entonces su carácter antiinstitucional, pues activador de los desactivados, es tan misterioso cómo logra reproducirse en las décadas, y al mismo tiempo cómo ocurre que no prenda en una catálisis autopropulsada de reflexividad y praxis trans- formadora. Aquí me detengo en lo segundo, que de lo primero cabe aprender y seguir aprendiendo de las comunidades prac- ticantes, en la geografía amplia, pero también en el tiempo ya largo que va de memoria y recuerdos aún actuantes en este texto y en los de este libro en general. De eso, de cómo esto sigue, seguimos conversando en cada encuentro. De por qué, en cambio, no prende y se autopropulsa una corriente de autorreflexión social y/o de praxis transformadora, propongo las siguientes reflexiones. El ánimo, o la voluntad , componente clave de estas historias es escaso, el bien más escaso de este tiempo, según viene capturado, explotado, estimulado y gastado de consuno, vertiginosamente. Vivimos subjetivamente exhaustos del experienciar sobre inten- sificado del tiempo, productivo, y del otro, mezclados además en que ambos finalmente se conjugan en modo y esquemas del

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