Metodologías críticas: experiencias y debates en el campo de las ciencias sociales y la salud

11 notas para un prólogo “totalidad concreta” como enseñaba Karel Kosik (en vez de la seudoconcreción de la “imagen ingenua del mundo”, una visión de sí mismo y sus circunstancias, sometida a crítica y orientada a captar las determinaciones histórico estructurales de la exis- tencia y el cotidiano). Ver la vida, la propia incluso, en su estar en la historia humana, por ahí pasando o corriendo. Una toma de conciencia en forma Pues bien, ¿qué detiene en tal camino? No es método que falte. Múltiples modos tratan y logran instalar espacios de transmu- tación de objetos en sujetos, de pasivos en actores, etc., y cada cual muestra en el paso los modos en que el orden nos ata a sus puestos y destinos. Freire, Gramsci, la teología de la liberación y su hermenéutica crítica, pero ahora mismo también Tomás Rodríguez-Villasante (por citarle de obligación por la tamaña obra al respecto), alumbran harto sobre cómo ha de procederse para posibilitar estos cortocircuitos con el flujo ideológico – esa corriente verbal continua que nos recorre y constituye en quienes somos, decía Valentín Volóshinov– y en el intertanto dejar que aparezca, como regresando por sus fueros, el sujeto ahora de-sujetado, aunque bien puesto en la estructura social, su lugar, desde dónde y sobre la que habla. Alturas mayores de la ciencia social y de las humanidades son las que alcanza Freire con su entendimiento del proceso de conciencia y habla que ocurre en sus conversaciones y cómo allí gira un mundo en otro, y aparece un sujeto donde estaba un hablado. Lo mismo Gramsci cuando llama a hacer al inventario de nuestras formas de entendernos, y rastrear sus orígenes hasta encontrar la pista de ser quien se es y separar así lo que viene con lo suyo –su interés– y lo que no, y sirve entonces a otros intereses: los inte- reses de quienes le domeñan de esa forma, por dentro suyo, como su propio entenderse. Como sea, la misma noción de diagnóstico trae toda esa potencia del mirador autónomo, con su propia voluntad, desde su propio interés, muy en sí mismo: no observa para saber cómo fuere la realidad, así en general, sino solo para saber propiamente

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=