Metodologías críticas: experiencias y debates en el campo de las ciencias sociales y la salud

manuel canales 10 hasta el olvido para mejor adaptación, y amañarse como pueda al ingenio que instale el mandante suyo. En la investigación/acción/participativa (¿cuál podría ser su nombre para evitarse la cadena, y su opción el acrónimo (IAP), que cancela cualquier chance de pensamiento vivo?) se convoca al “aquietado” a inquietarse, moverse, promoverse, a dejar de operar el esquema; como el flamenco de Alicia en el país de las maravillas que la reina usaba de palo de golf, y que cuando se tuerce y “mira” a la que lo operaba rompe el orden, ya que así no funciona, no anda el juego de la vida social así dispuesta. Queda todo “interrumpido”, no mana lo que fluye como el cotidiano y en vez se instala otro tiempo, otro modo de ser, de ser social, otra vida sobre la vida social. El orden social ha de ser incons- ciente (Lacan), y la IAP pone luces sobre los olvidos. Primero miran, lo que no hacen de común, pues han de estar para ser mirados –así cuando se les investiga casi ya mecá- nicamente, como sondeos de continuidad para seguimiento externo–; y luego planifican, lo que habitualmente también les viene vedado por el esquema que descentra las tareas, y sus clases, de dirección y ejecución. Y aún más. Cuando miran, ahora lo hacen con la vista “pesada”: la que se hace firme desde su propia perspectiva exis- tencial y estructural, de quiénes son, dónde están, cuál es su lugar en la sociedad, cuáles sus procesos sociobiográficos, en fin, los concretos y totales, históricos y humanos, universales y singulares mezclados que son, o somos, cuando investigamos/ participamos/actuando. Miran desde el interés, desde el faltante , lo que barra el ser: desde lo que quieren . Se funda así un ánimo posible que parte entonces desde donde nunca toca que partan: desde/para sí. Es la conquista de la perspectiva propia, de lo propio, del ser ya levantándose sobre su falla o faltante, lo que se conquista en esta práctica. Es la ruptura epistemológica donde se “conquista el dato”, como decía Bachelard, esto es, la potestad de mirar desde una perspectiva fija y propia. Un modo de salirse del con- tinuo reproductivo, y hacerlo sin perder pie en la existencia y su

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