Innovación social y pública: experiencias y aproximaciones a la complejidad contemporánea
CAPÍTULO VII. Innovación para la inclusión 701 Experiencias y aproximaciones a la complejidad contemporánea INNOVACIÓN SOCIAL y PÚBLICA » Envejecimiento autogestionado El concepto de envejecimiento activo, muy empleado en Europa y por la OMS, se materializa optimizando las oportunidades de bienestar físico, psíquico y social, una perogrullada que desatiende que los desposeídos y marginados no conocen la igualdad de oportunidades que el neoliberalismo tanto celebra. El envejecimiento exitoso — “successful aging” — ha sido propuesto como una alternativa al “envejecimiento habitual”, basado en control y agen- cialidad individual para permanecer en actividades productivas, valorar la independencia y la importancia de evitar dependencias, mantener la identidad personal — personhood — (Rowe y Kahn, 1997). Quien es exitoso, tendrá una vejez exitosa, dejando la vejez “habitual” para los demás. El envejecimiento saludable presuntamente se fundamenta en la ca- pacidad funcional de la persona compuesta de la “capacidad intrínseca”, “las características del entorno” y la interacción entre ambos (WHO/OMS, 2002). Políticas y programas pretenden estimular el autocuidado en entornos amigables enriquecidos por solidaridad intergeneracional, y prolongando la vida activa laboral lo más posible. Postergar la edad de jubilación se realiza actualmente menos con el fin de mantener activos a los que envejecen, que para reforzar las insuficientes arcas de los diversos sistemas de pensiones. Todas las políticas integrales — comprehensive — terminan suplantadas por programas reducidos a extender la vida laboral y desanimar el retiro anticipado, recurrien- do a congelar y reducir los beneficios de las pensiones (Foster yWalker, 2015). En suma, la sociedad manifiesta su desazón por el envejecimiento poblacional, investiga diligentemente, pero no llega a propuestas prácticas aplicables. El individualismo reinante en nuestras sociedades occidentales y la creciente exigencia del autocuidado en salud, así como la autogestión en la prevención de salud (Petersen y Lupton, 2000), ha gatillado propuestas de confiar en un envejecimiento activo. Es lesivamente paradójico proponer que las personas que por razones etarias han sido desvinculadas de su actividad productiva, tengan no obstante los medios físicos y materiales para ser los gestores del propio envejecimiento. Un tal planteamiento es lesivo por cuanto solo podría ser cumplido por la minoría de privilegiados y adinerados, mientras la gran mayoría de los añosos dependen de un Estado insolvente y debilitado por el neoliberalismo privatizador (De Beauvoir, 1972).
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