Innovación social y pública: experiencias y aproximaciones a la complejidad contemporánea

CAPÍTULO VI. Innovación en salud 565 Experiencias y aproximaciones a la complejidad contemporánea INNOVACIÓN SOCIAL y PÚBLICA Propuesta de los programas de formación en cuidados, innovación social desde un enfoque de corresponsabilidad público-privada (2010), se “promueve y fortalece la participación de la propia comunidad y los beneficiarios, convirtiéndolos en verdaderos actores de su propio desarrollo y, por lo tanto, fortaleciendo la conciencia ciudadana y con ello la democracia de nuestra región”. El programa de formación en cuidados tiene la premisa que el quehacer laboral de las personas es factor de bienestar cuando considera mantener un equilibrio en las tareas que este desarrollo conlleva. La sensación de beneficio puede ser producto del logro de una identidad ocupacional asociada a la auto- percepción con respecto a los roles que desempeña y la eficacia en los resultados de sus acciones. Entonces, es necesario capacitar y fortalecer a quienes cuidan, para lograr un desempeño ocupacional significativo. Como se ha descrito, las organizaciones sociales sin fines de lucro han tenido históricamente un rol central en la provisión de cuidados de personas en situación de dependencia. Es así que la Fundación Isabel Aninat Echazarre- ta dedicada a mejorar el bienestar de personas con discapacidad intelectual, solicita a la Universidad de Chile la creación de una capacitación de 80 horas para aquellas personas que se desempeñan realizando labores de cuidado de manera domiciliaria y/o en instituciones que atienden personas con discapa- cidad intelectual. Fruto de esta alianza, se crea el programa “Apoyo y cuidado de personas en situación de discapacidad intelectual y dependencia” y que, gracias al financiamiento privado, ha logrado capacitar a más de 100 personas a lo largo de 4 años. Esta capacitación ha significado que las trabajadoras (pues más de un 90% son mujeres) de las distintas instituciones que se dedican al cuidado de personas con discapacidad intelectual, logren mejorar y validarse en un oficio que, en la mayoría de los casos, llevan realizando de manera intuitiva desde hace años. Esta validación tiene numerosos efectos positivos: en primer lugar, mejora el desempeño en las actividades de cuidar y por consiguiente en las condiciones de vida de los/as sujetos de cuidado; en segundo lugar, desarro- lla competencias laborales para quienes se dedican al cuidado remunerado,

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