Innovación social y pública: experiencias y aproximaciones a la complejidad contemporánea

CAPÍTULO V. Innovación en las universidades Experiencias y aproximaciones a la complejidad contemporánea INNOVACIÓN SOCIAL y PÚBLICA 510 Abundan hoy descripciones de la sociedad centradas en la idea de incertidumbre. Giddens subrayaba el riesgo como componente central de la sociedad contemporánea, en tanto Bauman enfatizaba su aspecto de liquidez, e incluso otros —nostálgicos de quiebres pasados— insistía en el concepto de posmodernidad. En efecto, bajo diferentes denominaciones, la idea de incertidumbre (como oposición a seguridad) se ha convertido en un término recurrente en los debates sobre la sociedad actual. En este sentido, se ha argu- mentado que factores como la secularización, la globalización, la rápida evo- lución tecnológica y el cambio climático, entre otros, han generado un clima de falta de certidumbre que desafía las formas tradicionales de comprender el mundo social. Dicha incertidumbre, permea las diferentes esferas de sentido de la sociedad, influyendo en cómo los individuos y las instituciones enfrentan el futuro. El ethos de la sociedad contemporánea se manifiesta entonces en la aceleración de la sociedad—inestable y a la vez reconocidamente inestable—, como se expresa en una elevada percepción de los riesgos y en la erosión de la confianza en las capacidades de las instituciones tradicionales (Rosa, 2016). Dichas caracterizaciones no han pasado inadvertidas en la educación superior. En particular, en relación con las universidades, la incertidumbre se expresa transversalmente en sus actividades (Barnett, 1990, 2000). Por una parte, a nivel de la docencia, estas instituciones enfrentan una creciente pre- sión por parte de los estudiantes y sus familias para adquirir una educación que prepare a los jóvenes para un mundo en constante cambio. Por otra, la investigación es hoy frecuentemente puesta en cuestión en lo que respecta a su relevancia para la sociedad. Todo esto, sumado a la incertidumbre económica y política resultante de la disminución del financiamiento directo, el aumento de competencia y una constante lógica de rendición de cuentas, ha llevado a la consolidación de un clima de incertidumbre en las universidades, donde la toma de decisiones se ha vuelto consecuentemente más compleja ( Journal, 1998; Schimank, 2005; Kallio, Kallio y Blomberg, 2020). Como resultado, desde la literatura en educación superior, se ha generado un creciente interés sobre cómo las universidades pueden operan en este nuevo escenario (Rolfe, 2003; Pucciarelly y Kaplan, 2016). Sin embargo, quizá por la propia extensión del concepto de incertidum- bre, su definición se ha desdibujado. Al igual que lo que sucede con la noción Introducción

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