Innovación social y pública: experiencias y aproximaciones a la complejidad contemporánea

CAPÍTULO I. El desafío de lo público Experiencias y aproximaciones a la complejidad contemporánea INNOVACIÓN SOCIAL y PÚBLICA 158 Se ha argumentado que las instituciones contienen tres aspectos o pilares: regulatorios, normativos y cognitivo-culturales (Scott, 2000). Así, un proceso de transformación, luego de una crisis para lo cual las alternativas institucionales vigentes no sirvieron, debería pretender cambiar las reglas del juego, esto es, los aspectos jurídicos, administrativos y/o reglamentarios vinculados con el marcomás general del problema. Al mismo tiempo, presentar y sustentar nuevos valores, un marco moral que motive y guíe el cambio en virtud de principios colectivos compartidos. Y, por cierto, fortalecer los aspectos cognitivos (modos de conocer, percibir y concebir el mundo) de los actores involucrados en orden a una comprensión distinta de la situación. Construimos una visión nueva, que es consciente del problema que enfrentamos, y que lo encara con los medios a la mano y aquellos que puedan integrarse en el proceso. Esto comprende la importancia de dar sostenibilidad a las acciones y soluciones convenidas, en tiempos y etapas que deben considerarse en términos realistas. De esa forma, la IS cristaliza en una intención constructiva que rompe o supera el esquema legal y administrativo vigente, que acusa la emergencia de otros valores, y que se afirma en las creencias y visiones de una comunidad que mira, reflexiona, evalúa y actúa desde su situación. Esa acción deliberada e intencional es la búsqueda de un cambio efec- tivo, eficiente y con proyección. Por ello es que la IS está vinculada al cambio institucional. Podríamos decir que es una expresión de un proceso de cambio institucional. Sin embargo, para que esto resulte teóricamente consistente, debemos ser precisos. El cambio institucional no significa necesariamente la creación de una nueva repartición en alguna dependencia pública o privada (aunque esto puede ser una consecuencia de aquello), ni siquiera dotar de algún certificado o referente jurídico que otorgue una identidad a un grupo organizado en aras de sus intereses. Para relacionar de forma más estrecha la IS con el cambio institucional, debemos ir un tanto más allá de Weber (1988) y considerar a las instituciones de una manera más amplia y compleja. En general, las instituciones son pa- trones de interacción que reproducimos en nuestro cotidiano y que otorgan estabilidad a las relaciones sociales para entendernos y emprender acciones conjuntas con otros/as (Berger y Luckmann, 2001; Nee, 1998; Jepperson, 1999). El reconocimiento formal no es sino un aspecto -probablemente el menos im- portante- de la sostenibilidad que persiguen las IS. De hecho, las instituciones se tornan más consistentes precisamente cuando las dimensiones valóricas

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