Huella y presencia (tomo VII)
DR. EDUARDO ROSSELOT J. los en la estampa siempre, para ellos, egregia, imitable e invitadora de los predecesores. Desde los grandes maestros, los académicos más distin- guidos, los que abrieron caminos o sellaron derroteros, con la aureola de sus triunfos y la proyección de sus visiones, toda una pléyade -con menu- das ausencias-, bajo el prisma de una objetividad plausible en un mosai- co de alternativas válidas, nunca forzosas, cubriendo desde los albores de la Facultad hasta los últimos aniversarios de la institución, desde antaño hasta poco menos que ayer. Y no es que presenciemos simplemente una galería de próceres: nos impactan, nos habitan, nos conmueven, nos los reviven... volvemos a convivir con ellos. Sólo por dar un bosquejo, desde Joaquín Aguirre, a través de retazos señeros con recordatorios de situa- ciones críticas o sorprendentes, la visión y las perspectivas determinantes del posicionamiento universitario y de las escuelas de la salud, en pro- gresiva asunción de responsabilidades sociales. Luego, Noé, más tarde Alessandri, Armas, Carretón, Cruz Coke, Mardones, Brinck, Roa, Borgoño, en secuencias discontinuas y esporádicamente reiteradas, don- de distintos responsables han ido estableciendo la trama y la envergadu- ra de la tradición, junto a la reciente actualidad, surgida también de l pensamiento de nuestros maestros, en el tejido institucional. (Larraín, I: 61-70; González Campos, 1: 157-160; Mardones, 11: 75-86; Jadresic, IV: 61-103; Fuller, V: 21-33; Segovia, VI: 233-238). Pero, ha habido tanto más en estos libros, en su esencia, polisémicos pero monopolizados por el compromiso con la Facul- tad, de académicos, alumnos, funcionarios, actuales y pretéritos. Reformas, reivindicaciones, homenajes; discursos, premoniciones, también silencios... elocuentes. Algunas voces quizá resentidas, abun- dantes reconocimietos y eflujos de aprecio, amor vinculante y agra- decimientos por personas y por obras. Divagaciones, poemas. Cómo no destacar, entre las que desbordan creatividad y libertada escritu- ra, por su alto contenido emocional y reminescente, las páginas deslumbrantes y comprometidas, con el alma lite raria, disponible, de Navarro (VI: 147-163); las ágiles, ubicuas, archipiélagas y, no pocas, festivas de Bustos (III: 51-63); las sensibles, espontáneas y plenas de ternura de Valentina Acosta, dit Croizet (III: 73-92). Todo un mundo habitado y habitable, con sus brillos y oscuridades; más lumi- nosidad que sombras, porque está impregnado de búsquedas y lo- gros más que de decepciones o fracasos; como nuestras vidas, como nuestra Facultad. No una caja de Pandora. Una serie, ojalá inagotable, de cofres con hallazgos, de aconteceres y de personajes, de reencuentros para los 11
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