Huella y presencia (tomo VII)

DRA. MARÍA DE LA FuENTE H. Mención aparte merece su compañero de curso Edmundo Camus M. que sería a partir del 5º año de Medicina su compañero de la vida. Se casaron en 1954, han sido felices compartiendo la vida, la profesión, el conocimiento del mundo, las vicisitudes de su país, la amistad y el cariño de amigos y parientes, padres, tíos/as, hermanos/as, sobrinos/as a granel. Como ellos no tuvieron hijos otros se encargaron de proporcionarles esa gran familia. UNIDAD SANITARIA DE PuENn: ALTO Se recibió en 1952, alumna promedio, no r ep1t10 cursos ni asignaturas. Entendió su profesión con actitud de servicio a sus semejantes. Desde sus comienzos trabajó en lo que actualmente se llama Atención Primara que entonces sucedía en las Unida- des Sanitarias. Su primer trabajo fue en la de Puente Alto "Dr. Alejandro del Río", cuyo Director era el Dr. Raúl Cantuarias, pionero en esas lides. Asig- nada a pediatría con el Dr. Manuel Zorrilla y la Dra. Ada Vigueras, un verdadero maestro quien logró darle realidad a la teoría recién adquirida en las aulas. Fue una buena escuela, conoció de cerca el nivel de vida en que se desenvolvía el pueblo aquel para el que ella había soñado llegar a ser médico La práctica en Puente Alto, en Pirque, en Florida le enseñaron mucho de medicina, de pediatría pero también del ser humano. La desnutrición, por ejemplo, como cuadro clínico era una cosa, pero un niño desnutrido era un desafío, era desigualdad, cesantía, po- breza, falta de educación, cuadro complejo que llevaba a la muerte a niños con diversas patologías, como cuadros infecciosos, pulmonares o diarreicos, sin que se pudiera hacer nada. La Morta- lidad Infantil se empinaba por esos años a los 160 por mil nacidos vivos En los hospitales la situación no era mejor. Los VIAJES Su compañero, médico traumatólogo fue quien le transmitió la inquietud de viajar, traspasar fronteras y así lo hicieron durante a lo menos 40 años. El primer viaje fue a Moscú en 1957, al 6 2 Festival Mundial de la Juventud, experiencia marcadora que los hizo pensar en que las uto- pías son posibles. En 1959 asistieron al 7 2 festival de la juventud en Viena, con él a cargo de la delegación. 81

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