Huella y presencia (tomo VII)

Dra. Maria de la Fuente HUELLA Y PRESENCIA VII -Para qué va a seguir una carrera tan larga y con tantos hermanos que educar... -Podría estudiar algo más corto... - No tiene buena salud, no va a resis- tir esa carrera tan peligrosa y tan cara. El padre terminó la discusión dicien- do que se sentiría muy infirliz si no pu- diera darle a un hijo o hija suyos la opor- tunidad de cumplir una vocación. No se habló más del asunto, dio bachillerato y sacó e l puntaje justo para ser aceptada en el 20% de mujeres que ingresaban a la Escuela de Medicina. Los siete años que siguieron marcaron su vida, como la de cualquier joven que se somete a la disciplina, al rigor del estu- dio no tanto difícil como sistemático y paciente para llegar a la meta. Tuvo maestros admirables como Juan Noé, Eduardo Cruz Coke, Emilio Croizet, Amador Neghme, Jacobo Faigenbaum, Ramón Vicu- ña Herboso, Hugo Vaccaro, Hernán Urzúa, y tantos otros igualmente recordables. Recibió sus enseñanzas y su ejemplo que valoró siempre por igual. El conocer al hombre por dentro y cómo funciona siempre la fas- cinó. Cada sistema que estudiaba era un descubrimiento: El digesti- vo, artífice de la energía; el cardio pulmonar, esencia de la vida y su independencia del medio; el nervioso, la electro química hecha vida; el músculo esquelético, y la alegría del movimiento; el hormonal, pequeños grandes directores de orquesta. Los órganos genitales y su secreto de la vida y el amor. Los sentidos, que nos hacen formar par- te del mundo; la piel que nos contiene, toda la piel y su exquisita sensibilidad y sobre ellos volando inalcanzable la psiquis, el lugar del alma, de la razón de lo más humano de lo humano. Tuvo compañeros destacados como Jorge Kaplán, Julio Montt, Mauricio Parada, Alfonso González D., Raúl Domínguez, Augusto Schuster y amigos entrañables como Raúl Donckaster, Norman Kliwadenko, Alejandro Jaque, Isaac Mordoh. Entre las mujeres re- cuerda a: Silvia Segovia, María Borlone, Alicia Milos, Ema Vallejos, María Díaz. Ella los recordó siempre, con tanto detalle que en el 45º Aniversario del egreso cuando se juntaron como lo hacían cada año y les leyó "Memorias de una Cohorte" quedaron tan emocionados y agradecidos que la consagraron como su cronista y escritora... 80

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