Huella y presencia (tomo VII)

EL TEATRO Y l.A MEDICINA Dra. María de la Fuente Hidalgo MI CUENTO Desde siempre me gustó contar cuentos, a mis siete hermanos, por ejemplo. A veces los inventaba y los escribía para ellos... Este será un cuento más, sobre una niña, la primogénita de ocho que nació en el sur, en Temuco en el siglo XX, de abuelos campesi- nos por lado y lado, padre abogado y madre chilena-suiza, cuya ma- dre a su vez tuvo el extraño privilegio de ser institutriz de los hijos del escritor Tolstoi. Nuestra niña perdió a su madre en la edad pre escolar, quedó sola con su hermanita de diez meses. El padre se volvió a casar y les dio seis hermanos más. Niñez y adolescencia transcurrieron sin sobresaltos. El padre les inculcó el amor a los libros y, sin televisión, le fue fácil transformarse en lectora voraz. LA FSCUEIA Desde los seis años empezó a decir que "cuando grande" sería doctora, nadie supo nunca por qué. Fue muy enfermiza, un compen- dio de patología infantil, presentó sarampión, coqueluche, difteria, escarlatina, otitis, complejo primario... Por lo mismo tuvo mucho contacto con los médicos que en ese entonces visitaban a sus pacien- tes en el hogar y era uno solo el encargado de la salud de toda la familia. Cuando enfermaba lo único que quería es que viniera su doctor. Le bastaba verlo para mejorarse, le intrigaba que hiciera siempre lo mismo: preguntaba mucho, después se colocaba un espejo en la ca- beza y por un agujero miraba la garganta, había que decir AAA y luego el pulmón había que decir 33. Era un detective y un mago. Ella por un tiempo quiso ser detective, después decidió que sería médico; quería ser como su doctor Su padre fue su aliado y ante las consabidas frases de: 79

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