Huella y presencia (tomo VII)

HUELLA Y PRESENCIA VII vo currículo, permiten satisfacer estas y otras inquietudes fuera del ámbito de la Medicina. Existe una gran sensibilidad musical en los médicos, muchos son intérpretes destacados de diferentes instrumentos; baste recordar los Encuentros de Música Clásica Interfacultades de Medicina de la Uni- versidad Católica, los Encuentros con la Música de la Universidad de Chile, que concitaron mucho interés y la participacióq. mayoritaria de estudiantes y académicos de nuestra facultad. ¿SE DA FSTO CON MAYOR FRECUENCIA EN NUFSTRA PROFESIÓN QUE EN OTRAS? No podría contestarlo con cifras, pero me atrevería a decir que sí. En mi caso particular, yendo y viniendo entre clases, talleres, atención de estudiantes, interacción con docentes, reuniones de escuela y también en mis actividades personales, la música siem- pre está junto a mí. Mis pensamientos corren por el pentagrama, recordando a Mozart, Chopin, el gran Beethoven, Schubert, Schumann, Bach ... Así es esta trama, música y medicina. En una, el arte de conocer el cuerpo humano, su salud y sus deterioros, el contacto humano con el paciente; en la otra el arte, el vuelo del espíritu que nos transporta a otras dimensiones; asumir como propia la inspiración del creador de la obra musical, vestirla con el ropaje de nuestra propia fantasía y ejecutarla con pasión y sentimiento... Al comienzo de este relato comenté que mi ·mamá fue sabia al inducirme a pensar en la Medicina como mi profesión, ¿cómo así? Al cabo de estos más de 30 años de ejercicio profesional, con activi- dades muy variadas que no es del caso detallar, siento que la Medicina permite la realización total de una persona. Sea cual sea la vocación primaria, en mi caso la docencia, habrá un quehacer .para satisfacerla. FINALMENTE, UNA ÚLTIMA REFLEXIÓN••• Gracias a esta invitación para participar en la séptima entrega de Huella y Presencia he tenido la oportunidad maravillosa de hacer este recuento de mi vida, recorda,ndo los hitos significativos de mi desarrollo como médico - docente, poniendo en relieve la impor- tancia de la música, particularmente del piano, en mi vida. Agradezco a Amanda Fuller, chillaneja también, como el gran Claudia Arrau, Ramón Vinay y mis queridas maestras Hilda Ferrada y Elisa Alsina, su tesón y cariño al brindarnos esta y las obras anteriores, que nos ayudan a conocernos mejor y a humani- zar nuestra facultad. 76

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