Huella y presencia (tomo VII)

HUELLA Y PRESENCIA VII ginario del catecúmeno del ya lejano 1947, sino ya era un profesio- nal joven, pleno de capacidades y responsabilidades, al que la Uni- versidad le abría singularmente sus puertas, esperando se transfor- mase en uno de los suyos, que labrase un nuevo futuro, como lo exigía la permanente renovación del conocimiento humano, en la cual asumía una alta responsabilidad. De hecho, la Universidad me concedía un cargo de Ayudante 2 2 , con horario integra,,l, nada me- nos que en la Cátedra de Fisiopatología, nido de las bases científicas de la Medicina, fundamental en la formación de la mentalidad ra- cional del médico y de su proyección a la clínica. Era la época en que Chile era pionero en el desarrollo de esta novedad universita- ria, tanto que solamente en 199len Moscú, fuera fundada la Socie- dad Internacional de Fisiopatología, determinándose su papel bási- co en los estudios médicos y en la investigación de las bases científi- cas de la Medicina. El profesor Talesnik fue, sin lugar a dudas, uno de pioneros en el desarrollo de esta ciencia, que aún no ha recibido la honra que merece en un papel tan transcendental en la evolu- ción de la Escuela de Medicina. Cuando recibiera la invitación del Prof. Talesnik en 1953, estaba tan emocionado que mi boca estaba terriblemente resecada, sin em- bargo, después de deglutir las últimas gotas de saliva, me atreví a pre- guntarle, ¿por qué había sido yo especificamente, uno de los escogi- dos para ocupar ese cargo y gozar de esa enorme perspectiva? Su res- puesta fue lineal, nítida, como siempre lo vería de ahí en adelante, cuando estuviera a su lado trabajando, codo a codo, durante un lapso inolvidable de 14 años. Entonces, su respuesta fue: Muy simple, porque en su defensa de tesis, expuso claramente sus ideas sobre lo que había trabajado y supo defender sus argu- mentos, como también me llamara la atención su interés por la in- vestigación científica, al exponer claramente sus ideas, sus proyec- tos futuros, los cuales justamente deben ser las cualidades que de- biera poseer y manejar un futuro profesor de Fisiopatología, de acuerdo con los propósitos de renovación de la Cátedra, según el Decano le había encomendado. La función que debería desempeñar el Prof. Talesnik no era la de profesor titular, que era desempeñada por el profesor José Do- noso, mas de hecho, el Dr. Talesnik desempeñaría todas las funcio- nes directivas de la cátedra, porque contaba con el apoyo total del Prof. Donoso. Efectivamente, Talesnik era el hombre prototipo para alcanzar ese cometido, porque siendo médico (con experiencia clí- 54

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