Huella y presencia (tomo VII)

DR. RICARDO CRUz-CoKE M. se decidió la demolición del Hospital San Vicente para construir allí la nueva Escuela. Fue aprobado un proyecto del arquitecto don Juan Martínez. Se habilitó el Nuevo Hospital Clínico que había cons- truido la Sociedad Constructora de Establecimientos Hospitalarios, que dirigía el Profesor Dr. Sótero del Río. El nuevo edificio se inau- guró en 1953 con el nombre de José Joaquín Aguirre. A su vez los numerosos parlamentarios médicos apoyaron el financiamiento para construir y equipar la nueva Escuela, destacando los senadores Pro- fesores Gustavo Jirón y Eduardo Cruz-Coke. Con el incendio de la Escuela afloró la fuerte participación de médicos y profesores con cargos políticos en el apoyo al progreso de la educación superior y la medicina nacional. Como consecuencia práctica, el incendio obligó a las autoridades a resolver los problemas administrativos y logísticos de las cátedras de especialidades que ajustaron sus calendarios Los alumnos del sépti- mo año pudimos completar en 1949 de hacer los cursos de Psiquia- tría con Téllez, Dermatología con Prunes, Urología con Coutts, Of- talmología con Ve rdaguer, Otorrinolaringología con Alcaíno. En 1948 habíamos cursado Medicina Legal con Vida! Oltra y Tisiología con Orrego Puelma. Hice mi memoria de prueba e n el laboratorio clíni- co del Hospital San Vicente, bajo la conducción del Profesor Mario Plaza de los Reyes j efe de clínica en la Catedra de Medicina del Profe- sor Ernesto Prado Tagle(mi compañero en la Comisión de Docen- cia). Dicha Tesis trataba sobre un método diagnóstico de nefrología y fue titulada "Depuración plasmática del Tiosulfato de Sodio", que fue aprobada con distinción máxima. Sin embargo no alcancé a ter- minar mi Tesis ese año, quedando postergado el examen de Grado hasta mayo de 1950. Al revisar la lista de mis profesores de Especialidades emergen los nombres de los mejores maestros de esa época. Era impresionante pasar visita con Lea Plaza haciendo los exámenes de semio logía neurológica. En Urología el Profesor Coutts nos hacía clases especta- culares d e preven ción de enfermedades d e trasmisión sexual. Verdaguer insistía en la prevención del Glaucoma y del manejo co- rrecto de los vicios de refracción. En el Instituto Médico Legal, Vida! Oltra y sus ayudantes nos enseñaron a identificar la causa precisa y necesaria de la muerte presenciando las aterradoras autopsias. El Tisiólogo Orrego Puelma nos predicaba el diagnóstico precoz de la Tbc y los tratamientos heroicos de la era pre-antibiótica. Finalmen- te en 1949, mi gran maestro Mario Plaza de los Reyes me llevó a la 39

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