Huella y presencia (tomo VII)

ODA AL l.ABORATORISTA* Pablo Neruda Hay un hombre escondido con un solo ojo de cíclope eficiente son minúsculas cosas, sangre gotas de agua mira y escribe o cuenta, circula el universo la vía láctea tiembla como un pequeño río, mira el hombre y anota, en la sangre mínimos puntos rojos, movedizos planetas o invasiones escribe allí encerrado el volcán de la vida, la esperma con su titilación de firmamento de la muerte cómo aparece el rápido tesoro tembloroso, las semillitas de hombre, en su círculo pálido una gota de orina muestra países de ámbar descubre una amenaza un punto dividido, un nimbo negro, lo identifica, encuentra su prontuario, ya no puede escaparse, en tu cuerpo será la cacería la batalla que comenzó en e l ojo del laboratorista: será de noche, junto a la madre la muerte junto al niño las alas del invisible espanto, la batalla en la herida, todo comenzó con e l hombre y su ojo que buscaba en e l cielo de la sangre una estrella maligna. Allí con blusa blanca sigue buscando e l signo el número el color o la vida, descifrando la textura del dolor, descubriendo la insignia de la fiebre o el primer síntoma del crecimiento humano. Luego e l descubridor desconocido el hombre que viajó por tus venas o denunció un viajero enmascarado en el Sur o en el Norte de tus vísceras, el temible hombre con ojo descuelga su sombrero, se lo pone, enciende un cigarrillo y entra en la calle, se mueve, se desprende, se reparte en las calles, se agrega a la espesura de los hombres, por fin desaparece como el dragón el diminuto y circulante monstruo que se queda olvidado en una gota en el laboratorio. *Homenaje de reconocimiento a lodos ÚJS laboraloris/as cuyo /rabajo silencioso representa un valioso apor- te a la investigación cienlífica. 339

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