Huella y presencia (tomo VII)
HUELLA Y PRESENCIA VII esas partidas. El se ponía de espaldas al tablero y uno le indicaba la jugada que hacía, ejemplo: peón cuatro rey, y el contestaba la juga- da. ¡Pero lo peor de todo es que además nos ganaba! También de este verdadero semillero los Profesores Antonio Mondaca y Sergio Garrido solicitaban a los funcionarios su participa- ción en las Olimpiadas Universitarias que se realizaban todos los años a fines de septiembre. Era un clásico la eterna rivalidad con Ingenie- ría. La mejor participación que recuerdo fue el año 1980 en que obtuvimos un 2º lugar por equipo. Tampoco puedo dejar de men- cionar que el doctor Pizzi nos metía en su típico y antiguo auto Chevrolet del año 1957, a todo el equipo representante de la Facul- tad, y nos llevaba a participar en las Olimpiadas a la calle Marín, Sede del Club Deportivo de la Universidad de Chile. Bueno, el tiempo es breve y son incontables las imágenes, anéc- dotas y recuerdos que se agolpan en mi mente. La emoción que me embarga al recordar esa hermosa época que me tocó compartir en algún recodo del camino de la vida con personas que se han ido, y otros, que tomaron sus respectivos senderos de su existencia. Vaya mi saludo y homenaje para ellos por los inolvidables momentos que com- partimos. Fuimos un aporte deportivo-cultural para nuestra querida Facul- tad. Creamos un espacio de encuentro genuino, y lo más importante "compartimos como una verdadera comunidad", pese a los difíciles momentos que se vivían por esa época. Para todos los que fuimos parte de este sueño-proyecto los llevaré por siempre fraternalmente en mi corazón. 328
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