Huella y presencia (tomo VII)
REMEMBRANZAS DEL CENTRO DE AJEDREZ DE LA FACULTAD DE MEDICINA David Vergara Tamayo "Compadezco al que no conoce el ajedrez; causa ya alegria al aprendiz; al veterano le lleva al sumo placer" León Tolstoi Todo empezó como una necesidad de aglutinar a los dispersos aficionados a la disciplina del ajedrez de nuestra Facultad; que por esos convulsionados días de fines de los años setenta se acomodaban en pasillos y rincones aislados, a fin de sustraerse al bullicio del entor- no y poder concentrarse y disfrutar de una buena partida de ajedrez. Poco a poco se fue gestando la idea de conseguir un espacio fisico parajuntamos en tomo a este apasionantejuego-ciencia. Como toda buena historia tenía que tener un héroe, y este héroe para nosotros fue el doctor Tulio Pizzi Pozzi quien había sido recientemente deca- no, y un gran ajedrecista, maestro nacional, reconocido por la Fede- ración de Ajedrez de Chile. El doctor Pizzi movió sus contactos y con- siguió que se nos asignara un lugar bastante precario, en el pasillo que conducía al casino de "Laurita", a continuación del auditórium Lucas Sierra. En ese entonces eran construcciones de madera bastan- te antiguas pero que cumplían el objetivo de cobijarnos en un lugar tranquilo para desarrollar 11uestras actividades. Ahí acudíamos día tras día a la hora de almuerzo: alumnos, funcionarios y académicos para disfrutar de nuestras entretenidas partidas de ajedrez. Organiza- mos unos mini campeonatos y nos empezamos a conocer, a relacio- narnos e intercambiar revistas y libros. Luego nos fuimos familiari- zando con el lenguaje ajedrecístico, con jugadas, aperturas, medio juego, finales, enroques, jaques, etc. Al poco tiempo también se fue incorporando mucha más gente y se creó un ambiente rico en in- tercambio de conocimientos tanto de eruditos como de neófitos en la materia; ambiente de relajo y sana convivencia. Como nunca, interactuábamos alumnos de todas las carreras, funcionarios y aca- démicos sin distingo, abocándonos a nuestra afición por esta mara- villosa disciplina. Este deporte-:iuego-ciencia, intelectual y meditativo, creo, sin temor a equivocarme fue un hito único e irrepetible en nuestra Facultad, un lugar de convergencia en el que pocas veces se da esa energía vibratoria de ser parte de algo en un mismo espa- 325
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