Huella y presencia (tomo VII)

HUELLA Y PRESENCIA VII unificadas y relación colaborativa con los hospitales públicos estata- les, creando la relación docente-asistencial. Así se formaron en 1945 las grandes cátedras de Medicina, Cirugía, Obstetricia y Pediatría que existen hoy día en todas las escuelas de medicina del país. Nues- tra generación ingresada en 1943 fue la primera en experimentar esta reforma. Esta fue el inicio de una continua sucesión de refor- mas de la enseñanza médica que iban a durar dos déc<\<las, cuando estos grandes reformadores llegaran al decanato, Carretón en 1952- 1958 y Alessandri en 1958-1963, seguidos finalmente por el venera- do Amador Neghme; 1963-1968, quien clausuró la época dorada de la vieja Facultad. ACI'IVIDADF.5 EXTRACURRICULARES En 1943 la antigua Escuela de Balmaceda y el Hospital Clínico, junto con el Instituto Médico Legal del Profesor Carlos Ybar y la Ma- ternidad del Profesor Monckeberg formaban un gran centro biomédico al Norte de Santiago que incluía una posta de Asistencia Pública y el Pensionado del Hospital Clínico. Los amplios jardines de la Escuela y el Hospital creaban un armonioso espacio para activi- dades extracurriculares. Para ingresar a la Escuela de Medicina se necesitaba ser bachiller. La educación médica era gratuita y los estu- diantes llevaban una amplia vida universitaria con actividades de- portivas, culturales, musicales, literarias, religiosas, gremiales y polí- ticas. Existían un Centro de Estudiantes con local propio, capillas para actividades religiosas, un casino para estudiantes y salas para reuniones culturales. La magnífica biblioteca de la Escuela ubicada al lado derecho de la entrada en el primer piso contenía coleccio- nes de 900 títulos de revistas nacionales e internacionales desde el siglo XIX. Existía una cooperativa de apuntes y los profesores apoya- ban la edición de textos de apuntes "oficiales". Los problemas estu- diantiles con las cátedras eran abordados por el Director de la Es- cuela. Había una comisión de docencia en que participaban dele- gados estudiantiles. El Centro de estudiantes editaba una Revista en que planteaba los problemas del currículo y las reformas docentes. Me incorporé como redactor en dicha Revista y escribí artículos sobre historia de la medicina en 1945 a 1948 En este ambiente de amplia vida universitaria me incorporé en 1944 al Centro de Estudiantes como miembro del Comité Ejecutivo en un momento de crisis de las directivas estudiantiles, influidas por los acontecimientos de la segunda guerra mundial (1939-1945). Ade- 32 '·

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