Huella y presencia (tomo VII)
SEMBLANZA DE FUNCIONARIOS ADMINISTRATIVOS En las actuales dependencias de AFUCH y Centro de Alumnos, funcionó por muchos años la Sección Publicaciones, un nombre que no podemos olvidar, es el de Héctor Wistuba Lorca; emigró y cruzó fronteras. Cada cierto tiempo retorna a nuestra Facultad, la recorre, se emociona y nos cuenta cómo transcurre su vida en Euro- pa, sus acuarelas y pinturas permanecen y su huella es imposible de borrar... En las cercanías del antiguo casino de la Laurita, se encontraba el laboratorio del Profesor Jorge Mardones, nuestro Premio Nacional de Ciencias, un gran amigo... siempre estuvo ahí aconsejándome, animándome y recreándome con sus recuerdos e historias; era habi- tual verle los días sábados en la sección referencia de la Biblioteca Central y junto a Lilian, su secretaria. Siempre a su lado, anotaba rápidamente los datos del Current Contents que le dictaba el profe- sor, escribía las solicitudes de separatas y partía rauda a despacharlas al correo. Nunca nos pidió, ayuda y en varias oportunidades con otras colegas observábamos con qué rapidez y destreza rescataba su información, era realmente admirable verle desplazarse por las co- lecciones de referencia en procura de las últimas novedades de su área: la farmacología. Cercano al profesor Mardones, se encontraba el laboratorio de fisiopatología del profesor Enrique Egaña Baraona, cubriendo su ca- beza con su típica boina negra y tomándome de un brazo me saluda- ba y preguntaba: Hola, gordita, ¿cómo estás? A mi pronta respuesta, estampaba un beso húmedo en mi mejilla e iniciaba su relato sobre cómo iba la obra de restauración de la Capilla del Hospital San Vi- cente de Paul. Luchó arduamente hasta lograr que fuese declarada Monumento Nacional, consiguió muchos recursos para lograr su ob- jetivo, pero montaba en cólera porque los trabajos no avanzaban como él quería... siguió luchando y consiguió importantes donaciones del extraajero... pero al ver tantos problemas y la lentitud de las obras, abandona finalmente su proyecto con mucho dolor y rabia. Cómo me dolía verlo sufrir porque su proyecto no avanzaba y falleció final- mente sin ver su sueño hecho realidad... y ahí está la hermosa y centenaria capilla esperando aún por su total restauración... El departamento de Fisiología, guarda en mi corazón un recuerdo muy especial: el profesor Hugo Adrián... ¡verlo en el casino bailar alegremente junto a sus alumnos a fines de año, cantando y riendo bulliciosamente era un deleite! Aún conservo una cassette grabada por él con técnicas de relajación, samaritano maestro... siempre son- 305
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