Huella y presencia (tomo VII)

YNOS HAN DEJADO SU HUELlA... Mireya Olivares Cortés "No es que vivamos de recuerdos, son /,os recuerdos /,os que nos hacen vivir" Ü SCAR WILDE Al recibir esta honrosa invitación, hago un recuento de mi vida funcionaria en esta querida Facultad. Enviada por la Escuela de Bibliotecología y Documentación de nuestra casa de estudios, llego en marzo de 1965 a realizar mi prácti- ca profesional. Era decano en esa fecha, el Prof. Dr. Amador Neghme, discípulo destacado del Prof. Noé; estudioso y apasionado por la Parasitología, trabaja dura e incansablemente. Nacido en Huara, Iquique este des- tacado maestro fortaleció su espíritu en la dura pampa salitrera. En pleno período de la reforma universitaria (etapa muy compleja y difí- cil) abandona el país para radicarse en Sao Paulo, Brasil donde reali- zará una gran labor que perdura hasta nuestros día: BIREME y su gran red de bibliotecas biomédicas. Me es imposible olvidar aquellos turnos de día sábado en la Bi- blioteca Prof. Álvaro Covarrubias del Hospital José Joaquín Aguirre; atenta esperaba la llegada del profesor Garretón, con su delantal de un blanco inmaculado, sus zapatos tan brillantes como si fuesen de charol y luciendo con alegría en su solapa esa hermosa Flor de Lis, condecoración que le otorgara el presidente de Francia, el general Charles de Gaulle en su visita a Chile. Una perla natural en su corba- ta le acompañó de por vida. Cada sábado ingresaba a la biblioteca sonriendo alegre y amablemente; su trato cariñoso se apreciaba en sus largas conversaciones sobre la excelencia académica; el ejercicio profesional de los futuros médicos y la relación médico-paciente fue- ron temas que le preocuparon grandemente. Fue un gran profesor y siempre me maravilló ese gran respeto que tenía por sus maestros; los recordaba con devoción. Su afecto y cariño acarician mi alma ante el sólo hecho de recordarle, justo ahora en que debo abando- nar esta casa universitaria, tras 40 años de ejercicio profesional. Desde la ventana del 5 2 piso de la Biblioteca del Museo, un añoso 303