Huella y presencia (tomo VII)

TESTIMONIO PERSONAL. Carmen García Torrealba Dificil resulta asumir este momento en que debemos mirar hacia el pasado y revisar tantos momentos vividos y compartidos con espí- ritu positivo en esta Facultad de Medicina. Creo que formo parte de ese grupo que se dice siempre estuvo "con la camiseta puesta" para sacar adelante las tareas asignadas, que nos fuimos formando en la medida que los tiempos cambiaban y pudimos auto formarnos y se- guir la línea de los avances tecnológicos que provocaron las grandes transformaciones en los sistemas administrativos y contables. Ingresé en el año 1971 como secretaria en la Dirección Docente con un grupo de médicos entre los que destaco al Dr. Armando Roa y Claudio Costa y con quienes pude relacionarme con agrado, respeto y mucho apoyo. Luego quedé encargada de la venta de libros de la OPS, lo que me permitió una comunicación permanente con los jó- venes estudiantes que luego se transformaban en profesionales y seguíamos manteniendo una comunicación recíproca de amistad y colaboración. Creo que poseo un caracter que me permite abrir esas puertas de amistad, ya que la alegría y el positivismo es una medicina necesaria para pintar la vida de colores y que se puede intercalar en la jornada sin desmerecer el trabajo responsable y eficiente. Eso también me ha servido en mi relación con las diferentes jefaturas con quienes he colaborado. En el año 1984 ingresé a la sección Finanzas como analista de los proyectos de investigación. Luego en 1996 se creó la oficina de Planta Física. Ahí me desempe- ño hasta hoy con el Sr. Fernando Allende a quien reconozco y admiro por su caballerosidad y excelente disposición para enfrentar cada ta- rea que se realiza. Es un sentimiento natural "creerse el cuento" de que aún tengo mucha energía para continuar desempeñándome y traspasar a las nuevas generaciones mi propia experiencia; sin embargo las leyes de la vida y de los tiempos actuales nos dicen que ha llegado la hora 291

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