Huella y presencia (tomo VII)
ÜPINARON SOBRE H UELLA Y PRESENCIA te. Despojados de ella no es concebible ni el diagnóstico ni la terapia. Mucho menos aún la compañía que importa a un que- hacer, como Jo es la medicina, porque en sus diversas modulaciones siempre encuentra a ese otro que, siendo un en- fermo, un colega, un colaborador o un alumno, es alguien en quien alcanza sentido la asistencia, la investigación, el trabajo en común y la docencia desplegadas. Pero esa misma palabra que nombra es memoria y lección, de consuno. Hue lla y Presencia. Acervo de yerros y d e aciertos, que- rencia en lo que se puso el ser· de quienes estudiaron, abrieron sendas, propagaron entusiasmos y se dispusieron al día y a las j ornadas venideras. En otras palabras, aquellas personas del ayer siguen siendo los pasos previos de quienes son el ahora. Por eso es menester escuchar la rica gama tonal de sus acentos humanos. Necesidad de fundamentos y de _respeto por ser h erederos. No quiera Dios, ni tampoco los seres humanos, permitir un trabajo desarraigado, pues toda labor fecunda es legado riquísimo para que el ímpetu hurgador posibilite la más óptima concreción de su esperanza en lo por venir. Cierto, en una tarea como la de marras es inconcebible la in- movilidad. Por eso mismo, no se apega a tradicionalismos estéri- les; en cambio alimenta una sabia apertura a los estadios de l tiem- po. Porque si el ayer careciera de importancia no existirían las fichas de los pacientes ni se le preguntaría para mejor atender sus necesidades. Es así como, a partir de la información recaba- da, es dable un pronóstico de sus condiciones alteradas. El histo- rial registra el pretérito en vistas de lo actual y d e lo futuro. ¿Por qué tal acuciosidad? Porque laborar con y para otros obliga siem- pre a conocer lo máximo posible de sus realidades, debido justa- mente a la pretensión de servirlos. Una máxima advierte: "El esfuerzo no sostenido desbarata sus posibles frutos". En esa línea de aprendizaje hago votos por que la Huella no se pierda en contumaz desdén y la Prese ncia sea admita en la inmejorable lección que la define: ser presente vivo. DR. CAMILO LARRAÍN AGUIRRE "La medicina es algo muy serio, muy profundo. La responsabili- dad del médico frente a cada paciente es una osadía que debe es- tar impregnada de seriedad y de conocimientos. No cabe duda que esta obra suya ha logrado mostrar lo mejor de los nuestros. 287
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