Huella y presencia (tomo VII)
ÜPINARON SOBRE HUELLA Y PRESENCIA Como ilustración de esta inquietud, debo mencionar la apari- ción reciente de un libro títulado Biopsychosocial Medicine (Peter White, Editor), en que se analizan y discuten temas, en su aplica- ción a la medicina, en estrecha relaci~n;,,con un concepto de visión ontológica tripartita del ser humano propuesto hace unas décadas por el filósofo de la ciencia Karl Poppe~. De acuerdo con este con- cepto, que fue comentado por uno de los pasajeros, ya desapareci- do, toda actividad humana es el resultado de interacciones entre el mundo físico, el psíquico y un tercero de muy amplio espacio, que está constituido por los productos e interacciones de la mente hu- mana con los productos de la mente de otros, es decir, con los elememtos de la cultura y de la sociedad. Este análisis conduce a fundamentar que el médico, o mejor dicho, el ejercicio de la medi- cina y la investigación médica en general, deben desarrollarse en base a una concepción humanista del ser humano. Hasta hace poco la enseñanza y entrenamientos médicos enfocaban predominante- mente lo que comprendía la sílaba "bio" del título del libro. El ter- cer nivel de integración, que incluía la sociedad, quedaba exclui- do. Por ejemplo, la perspectiva médica no pudo aquilatar los estra- gos nefastos de la revolución industrial en Inglaterra en las condi- ciones de vida de los miembros de la clase obrera a mediados del siglo XIX, que atentaban contra la salud y sobrevida de sus miem- bros (Engels, Friedrich La C~ndición de la Clase Obrera en Inglaterra de 1845). Todos los viajeros tuvieron la libertad de poder renunciar tempo- ralmente a atender sus problemas laborales específicos durante la travesía náutica para poder explayarse y demostrar sus pasiones de manera muy variada en forma y contenido, sin restricciones y con gran respeto a la franqueza. En síntesis, se les permitió ser sencilla- mente humanos en el sentido más lato de la palabra. Esto estimuló que el grupo de individuos, que se acrecentaba en cada escala de puerto, demostrara su sensibilidad al problema de establecer los medios para enmendar el divorcio humanístico-científico y, en especial, reducir las brechas entre lo científico y la práctica, entrenamiento y pre- vención médicos. Así se podrá garantizar la calidad de la relación médico-paciente. El que escribe estas líneas se embarcó tardíamente en esta gira pero así ésta le dió una ventaja para acercarse más a la realidad aca- démica médica chilena de la actualidad, después de estar desconecta- do de ella por grandes trechos del espacio-tiempo. Después de haber 285
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