Huella y presencia (tomo VII)

es el conocimiento y la predisposición es- té ti ca, porque ex- panden las posibilida- des de percepción desde lo más e lemen- ta l has ta la superior capacidad de captar la figura dominante, e l contexto y su apre- h ensión simbólica en un intento de conci- liar lo visible por to- cios , con lo percibido e intuido por cada uno. PROF. MIMÍ MARINOVIC Z. ElDecanoD1: j orge Las Heras El mural se despliega en e l sector oriente del saló n , enfrentando los ventanales a una distancia física adecuada a su visibilidad plena por un receptor ideal. La di námica visual es la que pone e n acción un arte intemporal como la pintura. Sólo cuando e l ojo la ha explo- rado y ha puesto en interacción todos sus componentes, puede sur- gir la comprensión adecuada de su tota lidad. La posición del espectador ante esta obra en particular, determina una mirada que asciende, se moviliza y baja por e l peso de la grave- dad, siguiendo imágenes alejadas de la representación fidedigna, pero sugerentes de una realidad que invita a ser completada y recreada. La primera impresión es de vitalidad, coincidente con la idea ele un mural para la medicina y la afirmación de la vida por sobre la muerte . Toral, artista del espacio, recurre a la dimensión tempora l en la estructura de la composición, poniendo énfasis e n e l dinamis- mo de la existencia, simbo lizado por un movimiento e n espiral que culmina en la li bre representación de un esque leto de l medievo y de la diosa de la fertilidad. La mujer con tres pares de mamas, una especie de Hera, protectora ele los nacimi entos y de la lumbre que il umina las tinieblas, choca con la personificación de la muerte al borde de la d iagonal lumínica que atraviesa e l centro de la pintura y renace en un movimiento ascendente, interpretado por e l artista como e l río del conocimiento. Los distintos centros de inte rés, entre los cua les se entre lazan o n- das y fluidos que acentúan e l dominio de lo energético, se despliegan 269