Huella y presencia (tomo VII)
PROF. FERNANDO LolAS STEPKE Mis premios literarios han consistido en sendos diplomas que guar- do para mi privacidad en concursos tales como el Municipal "Gabriela Mistral", "Pedro de Oña", del Consejo del Libro y la Lectura, "Ma- nuel Montt" y otros, casi siempre por ensayos que a veces se publica- ron y otras veces quedaron por fortuna sumergidos entre otros pape- les9. No sé si he sido colaborador asiduo de diarios y revistas, pero las contribuciones periodisticas han dado origen a varios libros que las recopilan y quedan aún otros que podrían ver la luz, si mi desidia lo permitiera 1°. De mis primeros libros guardo algunos ejemplares que ya amarillean de viejos y, cuando el humor lo permite, releo algunas páginas. Como será, supongo, experiencia corriente, nunca dejo de descubrir matices interesantes en esas relecturas. Me gusta ver esos y otros libros alineados en mis estantes, pero más me gusta verlos en los estantes de otras personas. Y aprecié mucho a mi difunto amigo Gui- llermo Vida! por haberlos rayado y subrayado durante sus apasiona- das y a veces combativas lecturas de mis escritos, allá en su biblioteca de la calle Malabia, en Buenos Aires. Sin duda, cuando se escribe de veras, se escribe para muy pocas personas. Por de pronto, yo escribo para mí mismo. Con Montaigne descubrí que el mejor tiempo de escritura es el que lo tiene a uno de lector. Permite descubrimientos y solaza las horas difíciles. Aparte de ese lector privilegiado (y omnisciente, pues sabe todo de todo, aún de lo no escrito), he tenido el privilegio de contar con dos o tres lectores magníficos. De esos que recrean los textos, los expri- men, los desangran, los refutan y los contradicen. En 1991 fui invitado a ser miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua, honor que quise retribuir prometiendo conti- nuar en la senda trazada por mis otros intereses. Una tradición dice que siempre las academias de la lengua española cobijan entre sus miembros a un militar, un médico y un sacerdote. Yo recibí este ho- nor, doble por cuanto al ser admitido el Director, don Alfredo Matus, se tomó el trabajo de leer y comentar mis escritos, con la humildad que han de recibirse los honores. Nunca deben ser buscados. Tam- 9 Una colección de los primeros ensayos fue publicada como "Notas al Margen" (Editorial Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 1985) 10 Véase, por ejemplo, los siguientes: Lolas, F. Oficio de anotar (Artículos yensayos). Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 2000; Lolas, F. Recuentos y repasos. (Artículos y cuentos). Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 2002. 219
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