Huella y presencia (tomo VII)

HUELLA Y PRESENCIA VII vador de la medicina. De mis propios trabajos, pocos serían dignos de rescatarse para una relectura, pero sin duda aquellos que fueron escritos al correr del teclado (ya que no de la pluma, como antes) serían susceptibles de volver a mirarse. Los trabajos que abordamos en ese grupo heterogéneo de perso- nas fueron variados y a ellos habría que añadir aquellosrque desarro- llé con colaboradores que sin pertenecer formalmente a la Unidad de Psicofisiología del entonces Departamento de Fisiología y Biofísica forman parte hoy de mi historia. Núcleos temáticos fueron, por ejem- plo, los registros de potenciales lentos corticales y potenciales evoca- dos cerebrales en sujetos humanos bajo distintas condiciones de de- manda cognoscitiva, el empleo del análisis de la conducta verbal para cuantificar estados psicológicos, la aplicación de pruebas psicométricas para estudios de rasgos de personalidad, indagaciones sobre la ideación suicida y los intentos suicidas, estudios sobre conducta alimentaria y obesidad e investigaciones cronobiológicas en psiquiatría. La vincula- ción entre estos tópicos aparentemente dispares fue siempre metódi- ca 7. En todos ellos se emplearon métodos que cohesionaban la reco- lección de datos y métodos que permitían armonizar o integrar da- tos. Precisamente, el desafío de una ciencia para la psiquiatría consis- te en que los datos que recoge son de distintos tipos. Tenemos pala- bras (bajo la forma de proposiciones o respuestas a cuestionarios), resultados de laboratorio (bioquímicos y electrofisiológicos), conducta manifiesta (gestos, actitudes, posturas), documentos (dibujos, escri- tos), otros productos (acciones reiteradas, aficiones). Hay, por ende, muchos reduccionismos posibles, desde una psicología sin cerebro hasta una fisiología sin alma. El desafío es integrar los distintos len- guajes metódicos y producir síntesis significativas para la compren- sión y la intervención. En Heidelberg pude recordar lo que Viktor von Weizsacker, maestro de mi maestro, llamaba el "principio de la puerta giratoria" (Drehtürprinzip): la forma de preguntar determina ya las respuestas, de modo que quien interroga fisiológicamente reci- be respuestas fisiológicas; quien pregunta psicológicamente, recibe respuestas psicológicas. Parecería estar cada observador cogido en la red de sus modos de preguntar si no existiera la posibilidad, reflexiva, de poner entre paréntesis las propias habilidades y la propia identi- 7 Para estos estudios se recibió subsidios del programa Fondecyt de Conicyt en numerosas ocasiones, como asimismo de otras fuentes, nacionales y extranjeras. Una lista completa de los proyectos Fondecyt puede obtenerse en el siúo web de Conicyt (http://www.conicyt.cl ). 216

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