Huella y presencia (tomo VII)
HUELLA Y PRESENCIA VII jaron conjuntamente con nosotros en el mejor desempeño de nues- tra tarea universitaria: a los académicos, al personal administrativo, técnico y auxiliar, y a nuestros alumnos de todos los niveles que, con su inteligencia y exquisita cordialidad, han hecho muy grata nuestra labor. Permítanme ahora una licencia. Deseo agradecer a1 profesor Dr. René Barreay Koch, mi esposo de tantos años, ya fallecido, que, con su constante apoyo y cariño facilitó mi dedicación completa a la uni- versidad, y a mis cuatro hijos titulados en esta casa de estudios, por el posible tiempo que no les dediqué por mi vocación universitaria. Deseo también agradecer a don Enrique D'Etigny Lyon que, como vicerrector de la sede occidente y prorrector de la época, con sus sabios consejos académicos y de administración, no ayudó a confor- mar la facultad de medicina occidente. Ahora, como esposo, hemos juntado una familia con 9 hijos y 35 nietos. Para terminar, quiero contarles que, antes de abandonar mi ofici- na de tantos años, encontré una hoja amarillenta por el tiempo, sin autor conocido, de donde he extraído algunos párrafos atingentes al momento presente: "Señor, enséñame a envejecer como cristiano. "Convénceme que no son injustos conmigo - Los que me quitan responsabilidad, -Los que llaman a otro para ocupar mi puesto. -Quítame el orgullo de mi experiencia pasada, -Quítame el sentimiento de creerme indispensable. Ayúdame señor, para que yo todavía sea útil a los demás, contribuyendo con mi optimismo y oración, a la alegría y el entusiasmo de los que ahora tienen la responsabilidad, viviendo en contacto humilde y sereno con el mundo que cambia, sin lamentarme del pasado que sefue y aceptando mi salida de la actividad, como acepto con naturalidad la puesta del sol". Muchas gracias. 170
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=