Huella y presencia (tomo VII)

DRA. ESTER MATELUNA G. 190 docentes, lo cual es apenas la masa crítica, pero hay que seguir. Me habría gustado que hubiera sido más rápido, pero si no ha sido así es porque no había el viento para ello·... eso se tiene que apren- der". En todo caso, agrega que, a su parecer, el mayor éxito de esta iniciativa fue "lograr hacer trabajar juntos a los cinco campus y sus hospitales, con programas y evaluaciones comunes, lo que fue un gran paso adelante". EL NECFSARIO FSPACIO PARA lA MODERNIDAD - ¿Piensa que dejó un sello en todas las generaciones a las que formó? - Creo que mi sello fue tratar de facilitar el aprendizaje, tratar de realizar las cosas de manera tal que estudiar Medicina no fuera una carrera de vallas sino un camino que se pueda planificar. Eso signifi- caba que alumnos y profesores tenían que cambiar de rol, y eso fue difícil. - ¿Qué siente que le dio a usted la facultad en todos estos años? - El que me pagaran por hacer lo que me gustaba hacer, como es organizar el proceso de aprendizaje, lo cual hice con todo el apoyo de las autoridades, que fue muy valioso. En el tiempo, el tema de la educación fue creciendo y absorbiendo en mí el área de la medicina clínica, porque es una ciencia como las otras, en la que hay normas y procesos demostrados que uno tiene que aprender. Y lo segundo que atesoro es la oportunidad que tuve de convivir con los alumnos. Se les ocurre cada cosa, están siempre al día, el estar a su lado le va mostran- do a uno el progreso, cómo evoluciona el mundo. Se envejece más lento: los chiquillos mantienen vigente. - ¿Yrespecto de la subdirección académica, que usted asumió cuan- do dejó la &cuela de Medicina? - Mi experiencia en la escuela me sirvió porque, de algún modo, fue continuar la labor que hacíamos con todos los directores de pregrado, un grupo de amigos con los que habíamos hecho un taller de liderazgo y dirección efectiva juntos, y logrado algo precioso: su- perar las diferencias entre profesiones, conformándonos en un equi- po multidisciplinario que nos valorábamos al mismo nivel en una re- lación horizontal. Eso lo construimos a lo largo de diez años, durante los cuales cada uno aportaba técnicamente lo que era de su dominio. Fiel a su amor por el crecimiento y el desarrollo, y respecto de su jubilación -ocurrida en mayo de 2005- la doctora Mateluna cree que "nadie es indispensable. Pienso que es muy útil y bueno para 19

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