Huella y presencia (tomo VII)

HUELLA Y PRESENCIA VII 1966 al Laboratorio de Fritz Lipmann a hacer una beca de Postgrado, regresando en 1967. Luego en 1967 se fue Jorge Babul, quien ha- bía realizado su tesis de pregrado en nuestro grupo, a la Universi- dad de lowa, regresando en 1971 con su grado de Doctor. El período entre 1969 y 1974 no fue fácil en la Universidad. Co- menzó primero la reforma universitaria con numerosa1 e intermina- bles asambleas, en que se fue introduciendo paulatinamente la políti- ca contingente. Se perdió la mística y la amistad de los grupos. Mu- chos se refugiaron en sus laboratorios. Otros decidieron ausentarse por un tiempo. Yo personalmente me fui en 1972 por un año a la Universidad de Stanford, a realizar investigación en el campo de la Biosíntesis de Proteínas, aprendiendo diversas técnicas para aislar RN'.A mensajeros específicos por métodos inmunológicos. Todo esto incor- porándome al grupo del Profesor Dr. Robert T. Schimke, del Depar- tamento de Farmacología de la Universidad de Stanford, Palo Alto, USA. Ahí tuve la suerte de tener por compañeros a muchos investiga- dores que hacían su Postdoctorado y que hoy son Profesores de re- nombre en diversas Universidades de Estados Unidos y de México. Después de mi estadía de un año en Stanford, me fui en 1973 a la Universidad Autónoma de México (UNAM), al Instituto de Ciencias Biomédicas, para iniciar trabajos con el Dr. Rafael Palacios, a quien conocí en Stanford mientras él realizaba una beca de postdoctorado en el grupo del Dr. Schimke. En 1974 regresé a Chile. El Dr. Niemeyer y su grupo se habían trasladado a la Facultad de Ciencias. Como mis intereses científicos habían cambiado con mi estadía en Stanford y en la UNAM, decidí continuar en el campo de la biosíntesis de proteínas, por lo cual opté por permanecer en la Facultad de Medicina, integrándome al grupo de trabajo que dirigía el Dr. Jorge Allende. En este grupo había varios profesionales estables: Catherine Connelly, Marta Gatica, Adela Tarragó, por nombrar sólo a algunos. Además había varios alumnos tesistas del Doctorado en Ciencias de la Facultad de Ciencias, progra- ma creado en 1971 por Niemeyer y otros colaboradores. Si bien el Director de la mayoría de las tesis eraJorge Allende, en el laboratorio estos alumnos aprendieron mucho de cada una de las personas inte- grantes del grupo. En diciembre de 1974, el Decano de la Facultad de Medicina, Dr. Mario Plaza de los Reyes, me llamó a su oficina para proponer- me que me hiciera cargo, como Directora, del entonces Departa- mento de Química y Bioquímica. Después de consultar a mi queri- 158

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