Huella y presencia (tomo VII)
DRA. FILOMENA IDETIE FALAHA DE ZAIAQUETI cobertura rápida, pero que no podrían mantenerse. Las vacunas ne- cesitarían dosis de repetición y no tendrían tiempo de cubrirla con los pesados equipos centrales que habían diseñado, pues la población susceptible seguiría creciendo. Fue indispensable insistir en el desa- rrollo de los centros de las prefecturas cabezas de las provincias, con personal que debía formarse y equipos móviles más ligeros que se desplazaran en forma constante para cumplir con los objetivos. La vacunación continuada como el modelo chileno era el más factible para asegurar su mantención. Me tocó realizar una labor de motiva- ción para señalarles las ventajas de este modelo en relación con el de los equipos con vehículos centralizados, También estaba en juego la lucha del poder que tendría el nivel central por conservar el control de la vacunación basado en los grandes equipos móviles. Fue una difícil negociación que terminó con un generoso programa que el país ha desarrollado y que mantiene. En Burkina Faso el jefe de gobierno, el General Sankara y su equipo, habían sido los primeros en acoger la idea de la vacunación e hicieron una campaña masiva, con participación de las fuerzas armadas que cubrió hasta los rincones más aislados del país. Fue después de un cambio de gobierno y había sensibilidad en la pobla- ción que logró su participación activa. Hicimos la evaluación de su costo y beneficio para estudiar la replicabilidad de la campaña que demostró la dificultad en efectuarla en otros países con otra reali- dad y por la necesidad de crear infraestructuras para lograr su con- tinuidad. Más adelante tuve que volver a Burkina Faso para partici- par en una reunión de donadores de fondos de distintas agencias de colaboración en salud. Se trataba de armonizar que cada agencia cubriera todas las necesidades en salud de una o dos prefecturas, dotándoles de recursos para los centros de salud y maternidades, preocupándose de la formación de personal, escuelas, y vehículos en ciertos casos. Las normas técnicas de los programas materno in- fantiles y fichas de trabajo se darían en forma central y uniforme, igual las del programa de vacunaciones, siendo éste de responsabili- dad de UNICEF. Era una reunión difícil que logramos sortear y la colaboración de todos fue notable a pesar de que cada uno cuidaba su parcela de acción. Los programas de vacunación elaborados en los diferentes países tenían que ser revisados en la oficina regional. Por ejemplo, en un país desértico en vez de los autos Mercedes Benz solicitados se les ofrecía jeeps y camellos que los. nacionales utilizaban mejor para sus 145
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